Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Tengo una mujer con una niña de tres años que no es mía

Autor:

Mileyda Menéndez Dávila

J.M.: Tengo una mujer con una niña de tres años que no es mía, pero la quiero como si lo fuera. Llevamos un año de relación y vivimos discutiendo por la mala crianza que tiene la niña. El padre no la atiende en ningún sentido. Últimamente la niña está que no hace caso, tira cosas y la desobediencia le desborda. Aunque no soy el padre biológico, tengo que requerirla muchas veces. La niña me quiere como su padre; pero el problema fundamental es que la madre me dice que yo soy el que tiene que cambiar y dejar de regañarla. Es terca a más no poder. Por favor, aconséjame.

Están constituyendo una familia donde usted quiere encarnar la función de padre, además de esposo. Es un lugar que requiere de mucha constancia para amar, enseñar, acompañar y ganarse una autoridad, sin exabruptos.

Para una madre soltera suele ser difícil ceder ese lugar de educador a su pareja. Es preciso definir si ella desea que encarne funciones de padre respecto a esa hija, por quien ha velado sola. En caso de ser así, tendrán que ir creando entre ambos la manera de educar a esa niña.

Es posible que ambos tengan razones para afirmar que la otra persona se excede. Por eso tendrán que esclarecer lo que para ambos resulta aceptable y necesario para una convivencia familiar.

También en las familias donde siguen juntos los padres biológicos, lleva mucho tiempo acordar cómo educar a los hijos. El estilo se encuentra. Ya tendrá oportunidades de demostrar que puede ser un amoroso esposo y un padre dedicado. La terquedad familiar es parte del reto.

 

Mariela Rodríguez Méndez, máster en Sicología clínica

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