Soplan vientos de fronda, podría afirmarse, al trazar un paralelo entre las famosas revueltas contra la monarquía en la Francia regentada por Ana de Austria, tras la muerte del célebre cardenal Richeliu, con la rebelión de las teorías de cambio que se esparcen en este mundo pandémico.
Nunca en la historia moderna de Estados Unidos ha habido una administración que haya creado más escándalos que la administración de Donald Trump. Es casi inconcebible lo que ha estado pasando en los últimos tres años y medio en este país. Las mentiras, las difamaciones, los escándalos, los abusos de poder, las demandas judiciales, los cuentos de camino, todo eso y mucho más se han convertido en algo natural durante la presidencia del peor mandatario que esta nación haya tenido.
Las absolutizaciones nunca son buenas, sobre todo aquellas que tienden, como decimos en Cuba, a meter a todo el mundo en el mismo saco. El coronavirus también ha venido a desmentir generalizaciones exageradas y prejuiciosas como la de quienes, comparaciones de época mediante, afirman que la juventud cubana está perdida.
Al filo de la 1:00 de la madrugada se oyó la voz de «Viene una patrulla» y enseguida surgió un tropel de más de 15 caballos con sus respectivos carruajes.
En el apremio, las bestias estuvieron a un pelo de atropellar a varias personas recién salidas de El Guajiro Natural, un célebre centro recreativo de Bayamo....
En el siglo XIX, el romanticismo configuró el paisaje de un cambio de época en el campo de la cultura. Perdido el mecenazgo de los monarcas, los feudales y la Iglesia, en la zona más desarrollada de Europa los escritores y artistas tuvieron que procurarse nuevos interlocutores entre las distintas capas de la burguesía y entre los sectores obreros alfabetizados. A estos últimos se dirigían los socialistas utópicos que proliferaron entonces. Entre los precursores del movimiento renovador se destaca Juan Jacobo Rousseau, el pobretón herético disidente del pensamiento racionalista y cientificista impuesto por los patrocinadores de la Gran Enciclopedia.
Ya suman 11 años desde que el rigor y la ternura de su mirada retornaran a las invictas montañas del Tercer Frente, para seguir iluminando cada amanecida.
A todos nos preocupa Lía, la adolescente que protagoniza una de las tramas más seguidas de la telenovela actual El rostro de los días. En verdad, más que inquietarnos la manera en la que se desenrollará la madeja de su historia, como resultado del guion a cuatro manos de Ángel Luis Martínez y Sergei Svoboda, a muchos nos intranquiliza saber que como ella, no pocas pueden vivir una situación similar y encontrarán en este personaje el referente más cercano para sentirse identificadas y asumir una solución.
Una de las ilustraciones que más me han gustado en estos tiempos muestra a un ser humano sentado sobre una silla y encerrado en una celda. La propuesta gráfica presenta al prisionero hundido en su teléfono móvil, mientras a solo centímetros de sí una pared muestra un almanaque en el cual se han ido tachando los meses vividos durante 2020.
Lo más novedoso esta vez fue que no hubo dilación en el intervalo para advertir que se iba a exigir y controlar a rajatabla la observancia de la legalidad, porque ley engavetada —¿hará falta repetirlo?— nada resuelve; más bien alienta a los propensos a delinquir.
A causa de la pandemia, el mes de septiembre en curso despierta un sentimiento de nostalgia en muchos habaneros. Ha faltado la multicolor animación callejera que provoca la súbita invasión de la muchachada con sus mochilas y uniformes escolares, expresión tangible de una de las indiscutibles conquistas de la Revolución: la universalización del acceso gratuito a la enseñanza.