Alejandra y Daniel.
En el kilómetro 52 de la autopista hacia Pinar del Río está la entrada a la comunidad Las Terrazas, una zona que la UNESCO ha declarado reserva natural por sus bosques de pinares entrelazados de palmas. En el kilómetro 52 de la Autopista hacia el Oriente de la Isla, ha crecido una palma real entre las ramas extendidas de la ceiba. Mirados desde cierta distancia, no hay dudas: los árboles se ...
Dicen que el césped del vecino siempre luce más verde.
Escribo este texto escondido, con el teclado debajo de la mesa, mientras experimento la sensación epidérmica de tener la carne de gallina —o de gallo, para variar—. Acabo de ver, gracias al espacio dominical de Taladrid, la primera parte de un documental sobre las posibles formas en que llegará el fin del mundo.
Washington y Moscú no se cansan de proclamar que la Guerra Fría no ha vuelto. Tal vez. Lo cierto es que en el plano militar actúan como si la hubiera. La Casa Blanca insiste en ubicar parte de su escudo antimisiles mundial en Polonia y la República Checa. El Kremlin ha advertido que, si eso ocurre, suspenderá su participación en el tratado de limitación de las fuerzas armadas convencionales y, más grave aún, que apuntará sus misiles contra esas dos naciones. ¿Y la población civil? Bien, gracias. La lógica de las grandes potencias no solo es peculiar, es nuclear. Se recuerda la teoría de Huxley: el progreso tecnológico solo nos ha provisto de medios más eficientes para avanzar hacia atrás.
Cuéntase que la hormiguita laboriosa, al pasar el puente de un arroyo, observó con preocupación que, en algunos sitios, se había caído el repello. Hacendosa y responsable como era, de inmediato se puso a determinar qué materiales se necesitaban para su reparación cuando por allí pasó la jicotea y preguntó qué estaba haciendo. Al responderle, la otra le dijo que para eso necesitaba un jefe de suministros que se encargara de conseguir el cemento y las herramientas. «¿Tú crees?», comentó dubitativa la más pequeña y, de inmediato, resolvió: «¡Pues tú misma serás la jefa de suministros!».
Una niña caricaturiza como diablos a Solana, jefe de la OTAN; al primer ministro albanokosovar Hashim Thaçi, y a Bush, culpables de la separación ilegal de Kosovo. Foto: AP
¿Podíamos esperar más? Fiel a mi norma respondo con franqueza. No; no creo que debíamos haber esperado más de la sesión constitutiva de la Asamblea Nacional el pasado 24 de febrero. Y habría que preguntarse, para responder con mayor exactitud, qué entendemos por ese «más» cuestionador.
No es posible hablar de racismo, discriminación y prejuicio racial sin mencionar la significación de la trata transatlántica. Considerada como el motor de la economía mundial en el siglo XVIII y a su vez el movimiento de mayor deportación humana de la historia como proceso migratorio masivo tuvo un efecto irreversible en la población africana esclavizada porque salvo algunos pequeños grupos nunca pudieron regresar a...
Hay verdades tan sólidas como piedras, que el humo de la retórica mediática esconde. A veces es preciso recuperarlas, sin esperar a que se disipe la humareda. Esa retórica que aparenta ser diversa —«resultado de la libertad de expresión y la riqueza informativa que disfrutan las democracias», como dicen los escribas a sueldo—, es unanimista en las cuestiones esenciales, las que atañen a sus intereses, que son las que importan, e intenta confundir, introducir preocupaciones o expectativas ajenas, que conserven o restituyan su poder. La discusión en torno al futuro de Cuba tiene ante todo dos posiciones radicalmente opuestas: socialismo o capitalismo. Señalo esto, porque a veces los «consejeros» eluden cualquier definición con la esperanza de atraer como flautistas de Hamelin, a los ciudadanos que honestamente sienten la necesidad de perfeccionar el socialismo.
En una entrevista que he estado transcribiendo este domingo, Fina García Marruz habla de la vida como un aroma, donde cuentan los hechos esenciales de la historia de cada cual, pero también ciertas levedades que nos acompañarán siempre. Fina recuerda la carta que en 1891 le envió José Martí a su madre Doña Leonor, con los Versos Sencillos: «Lea este libro de versos, es pequeño —es mi vida».