FUE durante ese lapso de «estira y encoge» que suele producirse en una terminal mientras se aguarda por un ómnibus previamente anunciado, cuando brotaron las especulaciones: «seguro nos ponen una Mercedes». «No, qué va, una de las amarillas escolares». Otro fue más elocuente: «¿Qué dicen? Será una Yutong...».
LLEVO días acariciando un precioso libro, breve, del cual se imprimieron este año muy pocos ejemplares —apenas unos 200—; cuya lectura me ha dejado un sabor suave y terco en el alma. El ejemplar, artesanal, coronado en su lomo por un cordón de fibra de papel, es un homenaje a Agustín Pi, el profundo conocedor de las palabras, el miembro «silencioso» de Orígenes, quien bautizó como «El Turco Sentado» a las tertulias que los jóvenes poetas de ese grupo iniciaron en la casa de la calle Neptuno, en La Habana, allá por los años 40 del siglo XX.
Cuando uno llega a un momento de la vida en que ha leído algo, visto otro tanto y caminado un poquito, sabe ya que cualquier idea sustentada en la imposición de un concepto individual de una persona hacia otra naufraga en la inoperancia del método, por válida que esta pareciera.
Miles de marroquíes que son contratados por bajísimos salarios para ir a cosechar fresas en Huelva, Andalucía, puede que en 2010 se queden cruzados de brazos en sus casas, debajo del Estrecho de Gibraltar. Quizá su labor agrícola la hagan otros. Tal vez... ¡españoles!
Sucedió uno de esos domingos en los que la calle parece desbordarse de múltiples jabas en dirección a una beca, de niños en brazos, de muchedumbres ansiosas por llegar antes de que el Sol torture.
El más importante homenaje al Apóstol este 28 de enero es haber mantenido en alto y enriquecido la práctica política y revolucionaria de su más leal continuador: Fidel Castro. En estos inicios del siglo XXI, subrayando la vigencia del mensaje del más universal de los cubanos como única fórmula para la solución de la tragedia universal que estamos enfrentando, y que nos permita salvar a la humanidad de una catástrofe de proporciones incalculables.
Por nada del mundo, le hubiera dicho tía a una persona desconocida. ¿Cómo vaciar de sentido una condición que ellas llevan con tanto orgullo?
En fecha reciente, le pregunté a unos es...
Hoy día, si alguien quisiera hacerse una idea del estado del conservador Partido Popular (PP) español, podría evocar la misma imagen, con su carga de división interna. Aunque vayamos despacio: la der...