El parón de la National Basketball Association —reconocida como la NBA en todos los rincones del planeta— es ya un hecho.
Cuando los medios masivos de desinformación del poder imperial globalizado arremeten contra la memoria de los hombres, raíz y sostén de los pueblos; cuando por los falsos senderos de la enajenación y del desarme emocional, tratan de seducir y conducir a las grandes mayorías del planeta a su propia desgr...
No hubo prensa. No hubo ruido. Pero algo en la madrugada soltó la vieja herrumbre de la sombra para avanzar definitivamente al Alba.
Yo no había comprendido bien a los que me antecedieron. Aquellos colegas que, bañados por vivencias de un 8 de octubre en cualquier escuela de Cuba, dejaron el rocío de sus impresiones en páginas que ahora reposan en archivos.
El 10 de octubre de 1868 ocupa un lugar sagrado en la memoria histórica de nuestra nación. Recordemos que aquellos patriotas que iniciaron la lucha por la independencia proclamaron ante el mundo la firmeza de sus ideales y la determinación de luchar por ellos hasta la muerte. Una prueba irrefutable de esa determinación fue la decisión de incendiar Bayamo, convertida por casi tres meses en capital insurrecta, antes que entregarla a los opresores colonialistas. En aquella región del país nacieron y vivieron una buena parte de los hombres y mujeres más destacados del inicio de nuestra gesta independentista contra España, que tiene en Carlos Manuel de Céspedes su expresión más alta.
La mujer que durante 13 largos años esperó que la justicia devolviera su hombre a casa, sabe que eso ya no es posible. Ni la justicia pudo hacerse, ni su esposo podrá retornar de inmediato al hogar que su esposa y sus hijas arreglaron para él.
Ciertas teorías suelen ser presuntuosas, y por ende presuntuoso sería algún teórico cuando descoyunta la realidad para que sus tesis aparenten ajustarse a la vida. Y por qué parto de premisa tan inusual en esta columna. Porque tal vez alguien piense que la cautela con que el país avanza compone una retranca, un sutil pretexto para que las cosas queden donde estaban ayer.
A pocas horas de que la «libertad supervisada» en Estados Unidos haga a René González blanco de otra injusticia impidiéndole viajar a la Isla, uno de esos personajes a cuya presión se deben también las malas artes con que el sistema judicial norteamericano «trata» el caso de los Cinco —pasando, desde luego, por la venia de tres administraciones— vuelve a alzar la voz, ¡y sigue tergiversando los hechos!
No pudo resistir ninguno de ellos el impulso preciso de cantarte. José Manuel Carbonell dijo de ti que viviste «con la fe misteriosa del profeta y el aliento inmortal de los titanes», mientras Rodríguez Embil te contó en letras su descubrimiento: «Hay algo en ti —te reveló diciéndonos— de Cristo y Don Quijote…».
¿Quién puede autoproclamarse patriota mientras pide una intervención extranjera al país donde nació? Bueno, en lo que se ha dado en llamar Exilio Cubano de Miami abundan los que se autodenominan patriotas y se han quedado roncos pidiendo a gritos, a través de los años, que los Estados Unidos invadan a Cuba y derroquen el Gobierno allí establecido.