Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

El filón de oro del poco a poco

Autor:

Nelson García Santos

 

En los últimos tiempos se aprecia cómo el Estado dedica una mayor cantidad de recursos financieros y materiales al mantenimiento y reparación de su disímil infraestructura, en contraste con otras épocas en que predominaba más el monto a desembolsar para inversiones o arreglos capitales.

Obvio, el desarrollo implica nuevas obras e introducir la mejor tecnología posible para afianzar, ampliar y diversificar la base material, pero descuidar el sostenimiento de esta resulta desventajoso.

Entonces, hay que aplaudir ese perspicaz giro a fin de evitar ese deterioro que, por actuar a destiempo, conlleva después ejecutar la reconstrucción total por no poner la yagua antes de que caiga la gotera.

El mantenimiento, ese de gradualmente solucionar los pequeños desperfectos que surgen en la infraestructura y la reparación destinada a cuestiones mayores, prolonga la vida útil de cualquier instalación.

Ese accionar más sostenido, como ocurre ahora, en beneficio del diverso andamiaje, incluidas carreteras, calles, redes hidráulicas y eléctricas… a la postre resulta muy ventajoso económicamente.

Si no eliminamos la gotera oportunamente esta termina, más temprano que tarde, con el techo y lo que podíamos resolver con cuatro tejas y un poco de madera, después necesita mayores recursos.  Qué decir del hueco en la vía que se va ensanchando y, a la vez, ocasiona un costo adicional, nada desdeñable: el deterioro de los vehículos.

Resultan sencillísimas muestras de una realidad que va camino de expirar, esa de dejar que muchísimas instalaciones terminaran en peligro de derrumbe. Luego de cerradas llegaban los depredadores humanos a cara limpia, sin compasión, a desmantelarlas.

En esa encrucijada de tener que decidir, por determinada escasez de recursos materiales o financieros, fue más beneficiada la inversión en función del desarrollo de la infraestructura, incluida, por supuesto, la construcción de miles y miles de viviendas a lo largo y ancho del país, de hospitales, escuelas, círculos infantiles….

La nueva estrategia, asemeja un poco a poco,  prioriza el fondo habitacional que ha logrado en los últimos tiempos un mejoramiento en el país.

El progreso lo sustenta la venta de materiales de la construcción, el otorgamiento de créditos bancarios y la apertura en municipios de instalaciones para incrementar la disponibilidad de los recursos a fin de preservar las casas, como se establece en la Política de la Vivienda, chequeada frecuentemente por el Presidente cubano.

Pienso que especial mirada deben tener con los inmuebles más endebles, que ante cualquier ciclón, tormenta severa o tornado se vienen abajo o quedan completamente destartalados, y después el Estado sufraga el arreglo o hasta la construcción total de una nueva vivienda con el otorgamiento de millones y millones de pesos en subsidios y rebaja el costo de los materiales de la construcción para los damnificados.

El poco a poco deviene un filón de oro capaz de solventar, lenta pero inexorablemente, obstáculos que imposibilitan  actuar de golpe, si cada año reducimos su dimensión, aunque sea discretamente a fin de mantener la amplísima base material.

¿Cuántos progresos más tendríamos si lo hubiéramos empleado sistemáticamente? Tampoco hace falta esgrimir ejemplos sobre el particular. Usted, amigo lector, los tiene a mano. Así de lógico, así de sencillo.

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