BRASILIA, octubre 6.— La segunda vuelta electoral en Brasil presagia una intensa lucha entre candidatos presidenciales de partidos políticos con proyectos opuestos que se enfrentaron en otras ocasiones en el pasado, coinciden hoy analistas políticos locales.
La victoria de la presidenta Dilma Rousseff con un 41,59 por ciento, tras el conteo del 99,9 por ciento de los votos, confirmó los pronósticos del exmandatario Luiz Inacio Lula da Silva, quien auguró un balotaje entre la jefa de Estado y el candidato de la Social Democracia Brasileña (PSDB), Aécio Neves.
Vamos hacia un tradicional enfrentamiento entre el Partido de los Trabajadores (PT), con Rousseff, y el PSDB, con Neves, subrayó la víspera Lula da Silva. Se trata de dos fuerzas políticas muy fuertes, que nada tienen que ver con una candidatura que se crea de la nada, señaló al referirse a la exsenadora Marina Silva, postulante de la organización Socialista (PSB).
El exgobernante aseveró que la jefa de Estado no teme a las denuncias sobre corrupción en la compañía Petrobras y está preparada para debatir sobre ilegalidades y sobornos con el aspirante al sillón presidencial de la Social Democracia.
«La presidenta Dilma quiere y mucho debatir sobre corrupción con Aécio», además de economía y salud, agregó.
Tras conocer su triunfo y el avance a una segunda vuelta al no conseguir el 50 por ciento más uno en las urnas, la mandataria vaticinó la continuación de la lucha por mudar el país y la victoria en el balotaje el 26 próximo.
La segunda vuelta «será una lucha de los constructores de futuro, que jamás dejarán que Brasil vuelva atrás», subrayó al referirse a Neves, el abanderado del PSDB, el cual -dijo- gobernó en el pasado solo para un tercio de los brasileños.
Rousseff se pronunció por la necesidad de no permitir un retroceso del país y señaló que la victoria de anoche demuestra que está en el camino correcto
Resaltó la importancia de seguir en las calles unidos para cambiar a Brasil, mejorar los servicios de salud y educación, combatir la corrupción e impulsar una reforma política que garantice más democracia.
Las estadísticas oficiales revelan que la gobernante obtuvo mayor puntuación en 15 estados del noreste y la Amazonía, incluido en Rio de Janeiro.
El postulante del PSDB se ubicó en el segundo lugar con un 33,55 por ciento, al vencer en 10 estados del sureste y noroeste de Brasil, pero anunció que buscará sumar los votos de su adversaria Silva, quien solo triunfo en los territorios de Acre y Pernambuco.
Su sorpresivo ascenso en los últimos días estuvo acompañado de una caída del respaldo de la pretendiente del PSB, debido a sus constantes cambios de posición y las contradicciones en sus discursos.
Neves inquirirá sumar a los seguidores de Silva, quien anoche dejó entrever su alejamiento del partido que la nominó como candidata tras la muerte del líder socialista Eduardo Campos en un accidente aéreo el 13 de agosto pasado.
Los contendientes en esta segunda vuelta censuraron el descanso y señalaron su retorno desde este lunes a las calles con miras de convencer al electorado: uno con propuestas de cambios y desarrollo con inclusión social y otro con más privatización, libre mercado y menos funcionarios públicos.