BAMAKO, abril 18.— Modibo Diarra, a quien la junta militar golpista de Mali designó «primer ministro interino», aseguró este miércoles que nombrará un nuevo gobierno el fin de semana, para hacer frente a la difícil situación que vive el país.
Diarra, que acompaña a Dioncounda Traoré, nombrado «presidente interino» por los militares que encabezaron la asonada del pasado 22 de marzo contra el presidente Amadou Toumani Touré, hizo este anuncio antes de embarcarse en un avión en dirección a Uagadugú, capital de Burkina Faso, para continuar los contactos con otros representantes políticos, militares y de la llamada sociedad civil maliense, reseñó EFE.
Sin embargo, debido al mal tiempo, el avión de Traoré regresó a Bamako antes de llegar a la capital burkinesa, donde el gobierno de Burkina Faso actúa como mediadora en nombre de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO).
Hace dos días, los golpistas dirigidos por el capitán Amadou Haya Sanogo, emprendieron una campaña de arrestos contra personalidades políticas y militares, a quienes mantienen retenidos en su cuartel general a pesar de las críticas nacionales e internacionales.
Este miércoles, un grupo de abogados encabezados por el decano del Colegio de Abogados, Issaka Keita, denunció las detenciones, que calificó de arbitrarias y exigió la puesta en libertad de los detenidos.
Entre los arrestados se encuentra el primer ministro Modibo Sidibé, el ministro de Defensa Sadio Gassama, el director general de la Policía Mahamadou Diagouraga y el candidato presidencial por el partido Unión por la República, Soumaila Cissé.
La situación en Mali se hace cada vez más crítica, dicen analistas internacionales, y según denuncias el ejército de Malí manda a jóvenes al frente luego de un período de 15 días de entrenamiento. «La gente cuenta verdaderas atrocidades de lo que está ocurriendo en el Norte del país: quema de casas, de campos», describió a la prensa el misionero salesiano Emilio Hernando, citado por PL.
Hernando también destacó la difícil situación humanitaria en esa región del país. «Decenas de camiones con más de 150 personas en cada uno llegan a Bamako cada día. Son cientos de personas que vienen huyendo del norte, por el conflicto y el hambre».
A la crisis política e institucional se suma la división territorial de Mali, efectiva desde el pasado día 6 de abril, cuando el grupo independentista tuareg Movimiento Nacional para la Liberación de Azawad (MNLA) proclamó la independencia del norte del país.
Este movimiento, al que se unieron en su ofensiva otros grupos separatistas y agrupaciones islámicas, logró hacerse con el control de Azawad en apenas tres días, como consecuencia del caos y el desconcierto que siguieron al golpe de Estado en Bamako.
Además del enfrentamiento con la guerrilla MNLA, Mali enfrenta un acelerado declive humanitario. La sequía y la escasez de víveres son alarmantes en el Sahel, anotó el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), Antonio Guterres. Acnur estimó que hay 220 000 malienses desplazados, la mitad de ellos en el propio país.