SEÚL, noviembre 9.—A solo dos días del inicio de la Cumbre del G-20 (países industrializados y emergentes) ya afloraron las diferencias en la reunión preparatoria de los viceministros de Finanzas, efectuada este martes, según PL.
La depreciación de las divisas de algunas naciones para potenciar sus exportaciones centró los debates.
En tal sentido, Estados Unidos considera que China mantiene al yuan artificialmente bajo para fortalecer sus envíos al exterior, mientras que el gigante asiático, Brasil y la Unión Europea (UE) opinaron que la llamada primera economía mundial pretende abaratar el dólar con sus últimas medidas de estímulo monetario.
Recientemente, la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) anunció la compra de bonos del Tesoro por 600 mil millones de dólares, ante las persistentes dificultades.
Sin embargo, analistas estimaron que esa disposición favorece los desequilibrios económicos, inunda el mercado mundial con el billete verde y lo devalúa más.
Por ello, pronosticaron un mayor control del flujo de capitales y una ola de proteccionismo comercial, en detrimento de los países emergentes.
Otro de los temas a evaluar es el desequilibrio en la balanza por cuenta corriente entre países como China y Alemania, superavitarios, y Estados Unidos, con déficit.
Al respecto, Washington es partidario de fijar un límite equivalente al cuatro por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) al déficit o superávit de las naciones, propuesta muy rechazada.
El ministro japonés de Finanzas, Yoshihiko Noda, manifestó su oposición, al señalar las diferencias entre las estructuras de crecimiento.
Por su parte, Alemania atribuyó el superávit de su cuenta corriente a una mayor competitividad empresarial y no al manejo artificial de su divisa.
El venidero jueves comenzará una reunión de dos días del G-20, la cual mantiene el pesimismo entre varios especialistas, a pesar de que los temas a debatir son cruciales para la economía mundial.