Coroneaux es el octavo jugador en llegar a cien goles en el fútbol cubano Autor: Getty Images Publicado: 18/03/2019 | 08:57 pm
Armando Coroneaux es un antihéroe. Hace 15 años ondea sus piernas sobre las canchas polvorientas de Cuba, mientras acumula medallas en su cuello y decepciones en las espaldas, casi en igual cuantía. Quince años, sin embargo, suficientes para nutrir una leyenda esculpida con goles hasta que, en una tarde sabatina de febrero, llegara a la cifra de cien dianas en campeonatos nacionales y aguardara en silencio el reconocimiento de unas docenas de seguidores.
En esa virtud también radica la grandeza. Son pocos aquellos que requieren premios para edulcorar logros propios y para tipos como Mandy, crecidos entre ovaciones de la banda, la mayor recompensa es el sendero recorrido. Bien lo dijo el poeta: se hace camino al andar.
Todo comenzó el 11 de diciembre de 2004 y quiso el destino que Coroneaux anotara su primer gol, precisamente, en el templo del fútbol cubano. En el estadio Pedro Marrero, probablemente sin focos ni fotógrafos para perpetuar el momento, ante la soledad de una grada vacía, comenzó a tejer su leyenda al marcar el tercer tanto de los Miuras ante los locales capitalinos.
A partir de ahí, andaría escondido entre los defensas rivales, escurriéndose por el pasto del área grande, esquivando torres hasta sentir el tufo del balón y emplear sus reflejos felinos en atacarlo y pegarle como si en ello le fuera la vida, con potencia y astucia.
A veces, dicen, vale tanto la inteligencia como el talento, y Mandy supo exprimir al máximo ambas cualidades en su afán de lanzar pelotas hacia las redes. Hoy, con 33 años y el mismo empeño de antes, sigue tejiendo su historia y, vaya a donde vaya, cuando enseña su espalda con el nombre de Coroneaux estampado encima del número, muchos piensan al instante en el gol, el orgasmo del fútbol.