La panameña Yaremi Borzelli, de 61 kilogramos, es la única atleta de kárate que representará a su país en los Juegos Panamericanos de Guadalajara. Autor: Juventud Rebelde Publicado: 21/09/2017 | 05:14 pm
Está sentada con las piernas cruzadas sobre el tatami de la Escuela de Combates Ramiro Chirino, al este de La Habana, junto a las muchachas de la selección cubana de kárate, quienes escuchan las indicaciones del entrenador Eliécer Peñalver Rodríguez. Minutos más tarde, realiza kumite (combate) con las criollas. Un leve descanso y se enfrenta a otra oponente, y a otra.
Tras varias peleas, en el tiempo de recuperación, con la respiración agitada y sudando a mares, conversa con Juventud Rebelde.
La panameña Yaremi Borzelli, de 61 kilogramos, es la única atleta de kárate que representará a su país en los Juegos Panamericanos de Guadalajara. En busca de una mejor preparación viajó el pasado 12 de septiembre a La Habana. Vino acompañada por su entrenador, el cubano Diosdado Hernández.
«Acá la preparación ha sido excelente porque hay nivel para entrenar. Me voy satisfecha. Las cubanas son agresivas y me han despertado; tendía a ser más pasiva, ahora pateo más rápido y también tengo la mano más veloz», dice la actual subcampeona panamericana y monarca de los Juegos Centroamericanos de Mayagüez, Puerto Rico, en 2010.
Tiene 19 años y desde los nueve hace kárate. «Al principio no me querían apoyar con el deporte y para quitarme la idea decían que no había dinero, que me iba a poner como un hombre. Pero mi abuela me ayudó y me acompañó a las prácticas. Esto requiere feminidad, porque hay que mantener una buena apariencia. Para las competencias me aliso el pelo y me maquillo antes de ir a pelear».
Desde los 13 años Yaremi se ha mantenido en la selección panameña de kárate. En 2010 pasó a la categoría senior, adulta.
Un año antes, en el Campeonato Panamericano Juvenil, ya se sintió segura y dejó de preocuparse por sus rivales. Allí fue medallista de bronce.
Este mes en Cuba se ha preparado de lunes a sábado unas cinco horas diarias. Confiesa que en Panamá solo entrena tres veces a la semana, entre siete y nueve y media de la noche. Durante el día estudia Actividad Física, Deporte y Recreación.
—¿En qué técnica confías más, puños o piernas?
—En las dos. Tengo varias técnicas que, como las repito en las prácticas, en competencia salen sin darme cuenta. Están estereotipadas.
—Se usará el peto en los Juegos Panamericanos, ¿qué opinas al respecto?
—Es incómodo, una no está acostumbrada a ese implemento.
—¿En qué piensas cuando vas a competir?
—Me digo: wao, qué hago aquí. (Risas). Primero estoy muy nerviosa, me pregunto qué hago pegando y que me estén pegando. Después, cuando estoy dentro del tatami, se me olvida todo y la adrenalina sube.
—¿Te preocupas pelear con una oponente fuerte?
—No. Antes pensaba eso. Estaba pendiente de quién me tocaba, que si la de Brasil o Venezuela, y me hacía sentir menos. Ahora siento que son iguales que yo. Siempre he tenido en mente representar mi banderita. No se contaba con Panamá en los Juegos Panamericanos y lo logré. A Guadalajara voy a darlo todo.