«Ciego, celebra ahora que en los play off viene el coco», gritó una voz anoche en la variopinta banda derecha del estadio Latinoamericano, donde convergen aficionados de todo el país. Después hubo sonrisas, palabrotas innecesarias, y las habituales discusiones que no llevan a ninguna parte.
El joven psicólogo Daniel Marcos Hernández Pupo, acompaña al equipo avileño desde hace tres años. Foto: Juan Moreno Aunque la historia de los avileños en series de play off no ha sido feliz —tiene solo tres victorias frente a 15 derrotas—, siempre que llueve escampa y este año parece que al fin llegó su hora. Esa es la opinión profesional de Daniel Marcos Hernández Pupo, un joven psicólogo que acompaña al equipo desde hace tres años.
—¿Es cierto que los jugadores avileños se presionan demasiado en los play off?
—Como todos, ni más ni menos. Los play off se viven como una etapa diferente de la competencia y siempre hay cierta tensión. Sin embargo, este año se ve a un equipo psicológicamente más maduro, que mira a los rivales de otro modo.
—O sea, ¿ha mejorado la autoestima del grupo?
—Puede decirse así, aunque no es el lenguaje exacto en términos especializados. Nuestro plan es que los muchachos vean los play off como una continuidad del trabajo que vienen haciendo desde el inicio del campeonato. La disposición es muy favorable y el colectivo está en condiciones de controlar todo tipo de emociones.
—¿En qué momento se realiza la preparación psicológica?
—Se incluye dentro del plan de entrenamiento general del equipo, al igual que la preparación física, técnico-táctica o médica. Al inicio del torneo hacemos pruebas de terreno para conocer cómo asimilan los atletas las cargas de entrenamiento. En cambio, los llamados test psicológicos se hacen en otros espacios, un aula, por ejemplo.
—¿Ahí es donde entra el trabajo sobre la concentración o el pensamiento táctico?
—La preparación psicológica consta de dos etapas: una general y otra especial. En la primera se hace un diagnóstico del equipo y de cada uno de sus integrantes. En ese estudio se evalúan, por ejemplo, las relaciones dentro del colectivo.
Luego, en la etapa especial, se trabaja la concentración de la atención y el pensamiento táctico.
—¿Hay algún líder dentro del equipo?
—Sí, Yorelvis Charles. Él quizá no sea tan efusivo como otros, pero mueve resortes dentro del engranaje colectivo.
—¿Qué sucede cuando no se cumplen los objetivos trazados previamente?
—Los peloteros se proponen metas individuales, a mediano, corto y largo plazo. Cada una de ellas repercute dentro del colectivo. Generalmente, cuando ocurre una frustración, hay un momento de duelo, con reacciones negativas, pero estas funcionan como catarsis, después viene la decisión y la voluntad de superar el trance.
—Supongo que a la afición le ocurre lo mismo, ¿acaso por eso vuelve a confiar una y otra vez en el equipo?
—No es exacto, pero dejémoslo así. Solo puedo decirte que la afición avileña es muy exigente y ahora tiene renovadas esperanzas.
—¿Entonces no hay fantasmas?
—Ninguno.
Al rato, descubro entre mis papeles un dato sugerente: Ciego necesita el apoyo de su público, pues ha ganado 31 de los 39 choques disputados en casa. En la carretera tiene 27 éxitos y 15 fracasos.
Así, la posibilidad de jugar cuatro juegos como local puede ayudarlos a superar la primera serie de postemporada. ¿Repetirán en semifinales? ¿Ganarán el cetro por fin?