Karen, de tres años de edad, quien tiene dificultades en el lenguaje: “En solo cuatro meses ha rebasado limitaciones”, alega con orgullo su mamá, Mailin Stuart Cepero. Autor: Juan Carlos Dorado Publicado: 05/01/2018 | 01:21 pm
El cuarto laboratorio cubano de potencial de inteligencia infantil quedó inaugurado en la entrada de la sede pedagógica Conrado Benítez, en Cienfuegos.
El centro es el primero que se inaugura fuera de la capital. Aunque desde hace diez años funcionan en Ciudad de La Habana, en el Centro Internacional de Salud La Pradera y en la Universidad Pedagógica Enrique José Varona.
Se trata de un departamento acogedor, lleno de colorido, juegos didácticos manuales y tecnológicos, así lo afirmó Orlando Terré Camacho, presidente de la Asociación Internacional de Educación Especial.
De igual forma es fruto del empeño de la casa de altos estudios sureña, en pos del desarrollo de este perfil educativo, en su aniversario 56, agregó Camacho.
Según informa el semanario 5 de septiembre, este centro beneficia ahora a infantes dominicanos, panameños y otros latinaomericanos con el método Neuropoint, procedimiento que consiste en la interpretación y aplicación de los más renovadores y modernos enfoques internacionales en esta materia.
En ese sentido, la doctora Xiomara García Navarro, decana de la facultad de marras de la UCF, explicó que existen aquí tres carreras afines a la rama: Logopedia, Educación Especial y Psicopedagogía.
Asimismo declaró que la educación superior garantiza la formación de especialistas para las diferentes vertientes y niveles de enseñanza, además de posgrados, diplomados y cursos de maestría; de estos últimos han egresado muchos que engrosan el arsenal científico de estos docentes.
Sin dudas, el propósito es hacer una pedagogía del optimismo, de la igualdad de oportunidades, de compromiso con el que aprende sin discriminarlo o segregarlo; que propicie el éxito de todos los alumnos, no importa cuáles sean sus diferencias o la situación real de su desarrollo.
Es importante destacar que más de 900 mil niños insertados en casi 400 centros cubanos de ese tipo denotan la proyección histórico-cultural humanista de este subsistema, espacio de amor y ciencia.