Llegada del Papa Francisco a La Habana, Cuba. Autor: Roberto Suárez Publicado: 21/09/2017 | 06:18 pm
En su primer discurso en La Habana, el Papa Francisco mostró su agradecimiento por estar en Cuba, instó a continuar avanzando en el proceso de acercamiento con Estados Unidos y la Isla, «por el bien de su pueblo y de todo el continente americano», así como envió sus «sentimientos de especial consideración y respeto» al líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro.
Tras ser recibido con honores militares por el Presidente cubano Raúl Castro, en el aeropuerto internacional José Martí, el Papa participó en una ceremonia de bienvenida en la que recordó que en esta, su primera visita a Cuba, se celebra el 80 aniversario de restablecimiento de las relaciones diplomáticas, ininterrumpidas, entre Cuba y la Santa Sede.
«La providencia», afirmó Francisco, le permite llegar hoy a esta nación «siguiendo las huellas dejadas» por sus dos predecesores Juan Pablo II y Benedicto XVI, quienes visitaron la Isla en 1998 y 2012, respectivamente. «Se que su recuerdo suscita gratitud y cariño en el pueblo cubano», sentenció.
«Hoy se renuevan los lazos de cooperación y amistad para que la iglesia siga acompañando y alentando al pueblo cubano en sus esperanzas y preocupaciones, para llevar el anuncio del Reino hasta las periferias existenciales de la sociedad, con libertad y con todos los medios necesarios», indicó.
El Obispo de Roma también recordó que este viaje apostólico coincide con el primer centenario de la declaración de la Virgen de la Caridad del Cobre como patrona de Cuba por Benedicto XV, la cual —afirmó— ha sostenido la esperanza y la dignidad de las personas en las situaciones más difíciles y abanderando todo lo que dignifica al ser humano. Su devoción es presencia visible de la Virgen en el corazón de los cubanos.
Una de las visitas que realizará el Papa será al Santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre en Santiago de Cuba. Al respecto sentenció que irá «como hijo y peregrino para pedirle por todos los hijos cubanos y por esta querida tierra». También para rogarle por la «justicia, paz, libertad y reconciliación».
A Cuba la describió Francisco «como un archipiélago que mira hacia todos los caminos con un valor extraordinario y cuya vocación natural es ser punto de encuentro para que todos los pueblos se reúnan en amistad, como soñó José Martí».
«Ese mismo fue el deseo de Juan Pablo II con su pedido de que Cuba se abra al mundo y que el mundo se abra a Cuba».
Y en ese sentido calificó «como un acontecimiento que nos llena de esperanzas», el proceso de normalización de relaciones entre dos pueblos tras años de distanciamiento, paso del cual el papa Francisco es testigo principal.
Este proceso —apuntó— no es más que un símbolo de la victoria de la cultura del encuentro, del dialogo, del sistema del acrecentamiento universal por sobre el sistema, muerto para siempre, de dinastía y de grupos», dijo el papa parafraseando, por segunda ocasión a José Martí.
«Animo a los responsables políticos a continuar avanzando por este camino y desarrollar todas sus potenciales, como prueba del alto servicio que están llamados a prestar a favor de la paz y el bienestar de sus pueblos, de toda América, y como ejemplo de reconciliación para el mundo entero», añadió.
«El mundo necesita reconciliación en este ambiente de Tercera Guerra Mundial que se está viviendo», enfatizó el líder de la Iglesia Católica.
Al inicio de su discurso, el Sumo Pontífice, agradeció a todos los que han colaborado para la feliz realización de esta visita a Cuba, al pueblo y gobierno cubanos, a los que asistieron a recibirle y a «todos los cubanos dispersos por el mundo».