Michelle Baber quiso hacer de su silvestre jardín un lugar cómodo, por lo que puso una hamaca, sin imaginar que atraería vida animal. La mujer de Carolina del Norte captó el momento en que un pequeño oso negro se balanceaba tranquilamente, mientras veía al cielo y comía «aperitivos» sacados de la basura. Y como tan cómodo le pareció, regresó de nuevo, el mismo oso, a dormir otra vez en la hamaca.
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