Frente al espejo
«Yo creo que la accidentalidad tiene mucho que ver con cierto tipo de “violencia” que se expresa de miles de formas: el chofer que ve que vas a cruzar y aprieta el acelerador, el que anda en lugares no permitidos a exceso de velocidad (Vidas que se esfuman entre el rojo y el verde, Ana María Domínguez Cruz, 21 de febrero)... Es la expresión de una tendencia a que “alguien no puede pasarme por encima”. Se pueden mencionar cientos de causas —como la ingestión de bebidas alcohólicas, no prestar la debida atención al vehículo, conversar por el móvil mientras manejas...—, pero la mayoría de las veces está presente la ausencia total de una buena educación en general... Cuando eres chofer y sueles ser cortés, entonces puede ocurrirte que alguien venga manejando detrás de ti y te grita improperios si aminoras la marcha porque ves a un viejito cruzando una calle... Hay que poner orden, y claro que se ha de buscar dónde está la educación en general. Quizá así pueda reducirse un poco la incidencia. No sé por qué no se potencia el factor escuela en el aprendizaje de las leyes del tránsito…». (Fernando López)