Frente al espejo
«Muy buena la iniciativa de este ciclo de entrevistas: la historia del pasatiempo nacional cubano forma parte de nuestras tradiciones y, como dice Jorge Trigoura, esa historia no puede andar olvidada por ahí (Hay que mirar para la base, Luis López Viera, 21 de noviembre). Es necesario rescatar la historia de los mejores atletas y de los mejores momentos de nuestros campeonatos, escribir un libro con la historia de la pelota cubana… Creo que este ciclo de entrevistas puede ser el pie forzado para retos más altos en la literatura del béisbol». (Armando Serrano Tillán)
«Su trabajo nos enseña, una vez más, que la belleza no siempre se lleva por fuera (¿Normales los felices?, Jesús Arencibia Lorenzo, sección La crónica, sábado 20 de noviembre); que en ocasiones esas personas que miramos como seres inferiores son capaces de gestos y acciones que pueden llenar de vergüenza —si la tienen— a muchos cuerdos». (Midel)
«Sexto, tu Coloquiando es un canto a la decencia y al respeto (Busquemos la verdad, Coloquiando, Luis Sexto, 12 de noviembre). Inspirándome en tu texto, reflexiono: para que exista paz, entendimiento, comprensión, respeto y buena convivencia entre los hombres es necesario practicar el arte de la cultura polémica. A continuación mi décima levanta el vuelo para posarse en el diálogo asertivo y transparente: Si vamos a dialogar/ no debemos proferir/ el lenguaje que ha de herir/ ni el verbo que ha de insultar/ Sí debemos respetar/ siempre al interlocutor:/ con la anuencia del rapport,/ la paz y la cortesía/ evitando la porfía,/ el dogma y el deshonor». (Carlos Alfonso)
«Me gustó mucho su comentario (Máximo Gómez, poesía sublime del alma, Carlos Rodríguez Almaguer, 16 de noviembre) y creo que tiene razón cuando dice que la obra de Gómez no ha sido valorada realmente como merece y que debiera ser más difundida». (Víctor Manuel Blanco, estudiante de Periodismo)
«Me parece un bello artículo este de los parques (Historias de parques, Lourdes M. Benítez Cereijo, 11 de noviembre)… Pienso que permanecerán por siempre ciertas costumbres antiguas que, no por viejas, dejan de ser importantes. En esos parques dejamos un pedacito de cada uno, y si testigos como árboles, pájaros y otros pudiesen hablar, revelarían miles de secretitos que les fueron confiados. También visité muchos parques, y compartí en ellos mis mejores momentos de la infancia, mis mayores alegrías con amigos, a veces acompañados con guitarras… Gracias por hacernos “aterrizar” en aquellos momentos, que finalmente acabamos “visitando” de nuevo». (Lis)