Acuse de recibo
Basta ya de cuentos, escribe Noel Fernández Navarro, desde Martí 10, entre Domingo Medina y José Antonio Echeverría, en el poblado matancero de Máximo Gómez. Y según lo que refiere, creo que tiene razón en rebelarse.
Señala que en junio del 2015, fue a la Organización Básica Eléctrica (OBE) de Perico, municipio al cual pertenece Máximo Gómez. Y reportó el bajo voltaje en la casa de su hija Anaelys Fernández, quien reside en Domingo Medina 5, entre Andrés Moreno y Clotilde García, en el propio Máximo Gómez.
Le planteó al Jefe de Operaciones de la OBE, conocido por Piedra, que desde hacía cuatro meses el bajo voltaje era casi todo el día. Y de noche, tenían que apagar todas las luces y usar una lámpara recargable para alumbrar; sin poder cocinar con electricidad ni encender el televisor.
Piedra le dijo que en agosto de 2015 iría una brigada de apoyo de otra provincia para solucionar esos problemas en el poblado. La brigada fue en agosto y comenzó a trabajar de este a oeste. Pero cuando faltaban dos o tres cuadras para llegar a la casa de Noel, lo recogió todo y se fue.
En septiembre de 2015, él se personó ante Piedra, quien le explicó que había que formular una queja en Jovellanos, porque Perico se subordina eléctricamente a aquel municipio. Noel hizo su queja a través del teléfono al Jefe de Operaciones de Jovellanos, quien le planteó que debía ir al lugar para valorar la situación. Algo que nunca hizo, según narra Noel.
En diciembre, ante la insistencia de Noel, le planteó que había que hacer una inversión para mejorar la línea, que le diera un chance hasta febrero.
Noel llamó en febrero de 2016, y había un nuevo Jefe de Operaciones, que ignoraba el caso: Había que hacer una valoración del mismo. En abril de ese año, al no ver acción alguna de la OBE de Jovellanos, fue a la Oficina de Atención al Cliente de la Empresa Eléctrica en Matanzas.
Quien le atendió allí le explicó que tenían un plazo de hasta 45 días para solucionar el problema o darle respuesta del mismo. A los 48 días, sin solución ni respuesta, Noel llamó a esa oficina. Y le dijeron que en una semana la visitaría el Jefe de Operaciones de Jovellanos.
A la semana fue el Jefe de Operaciones de Perico con la secretaria del de Jovellanos. Y tras valorar la situación, concluyeron que había que poner un poste y varios metros de cable. Era la última semana de junio de 2016 y se comprometieron de forma escrita a solucionar el asunto en el último trimestre de 2016.
El 27 de diciembre de 2016, y sin solución, Noel fue a la OBE de Perico: le dijo que esperara al Jefe de Operaciones de Jovellanos, que estaba al llegar.
Al rato apareció, conversó con Piedra sin bajarse de la camioneta y se fue sin darle respuesta a Noel, quien le preguntó entonces a Piedra. Este, apenado, le dijo que, según el Jefe de Operaciones de Jovellanos, la solución al caso quedaba postergada para el último trimestre de 2017. Al siguiente día, Noel llamó a la OBE de Jovellanos y la secretaria del director le ratificó la infausta noticia.
«Basta ya de cuentos, expresa. Exijo una solución a la situación agobiante de mi hija».
Mercedes McIntosh Hernández (Cándido González No. 1, entre Línea y 2, Reparto Progreso, Colombia, Las Tunas) se ilusionó cuando el 13 de mayo de 2016, tras una larga cola, pudo adquirir el módulo de cocina de inducción.
Pero todavía la señora no ha podido ni hervir un huevo con ella. Cuando llegó a su casa la cocina no funcionaba. Al otro día fue a la bodega donde la había comprado, y la remitieron al taller de garantía. Pero era sábado no laborable y tuvo que esperar al lunes.
Ese día, el mecánico la revisó, le dio baja técnica y la recogieron. Fue el 17 de mayo del 2016, y con la condición de avisarle cuando la repusieran. Pero el aviso nunca llegó. En la bodega dicen que no ha llegado reposición todavía, en el Gobierno ídem.
El delegado de la circunscripción lo planteó y le dijeron que tenía que hacer una carta para Copextel, que darían respuesta. Pero hasta la fecha, nada.
«Si estas cocinas se ensamblan en el país, advierte Mercedes, y además en mi municipio han traído más módulos, ¿por qué todavía no he podido disfrutar del mío después de casi nueve meses? Tampoco he recibido una respuesta sobre dónde está mi módulo o mi dinero», concluye Mercedes.
¡Cuánto sufre el consumidor-cliente-usuario cubano, ante quienes debían servirle con respeto y placer!