Acuse de recibo
La historia de la deficitaria leche para niños en Cacocum, reflejada aquí semanas atrás, evidencia que a los buenos proyectos e ideas, para que fructifiquen, hay que crearles las condiciones, seguirlos de cerca y corregirles las desviaciones, sin obnubilarse con ellos. Y mucho más cuando se trata de sustitución de importaciones y potenciación de las reservas productivas nacionales.
Todo comenzó con un alerta aquí el pasado 14 de febrero: Neivis Quevedo y Carmen Tejeda, dos madres del municipio holguinero de Cacocum, denunciaban que, luego de declararse el territorio libre de leche en polvo importada, y fomentar el acopio y distribución directos en la región para que cada niño recibiera su litro diario, comenzó a faltar el alimento varios días en sus bodegas, al punto de que al final hubo que remediar con la leche en polvo importada que ya creían superada.
Al respecto, responde Rigoberto Rivero Durán, presidente del Gobierno en el municipio, quien ratifica lo expresado por las lectoras, al tiempo que reconoce que, luego de estar liberado Cacocum del consumo de leche importada gracias al aporte de los productores del territorio, a partir de diciembre de 2007 comenzó a presentar irregularidades por incumplimiento, unido ello a los efectos de la tormenta Noel y la intensa sequía que ha provocado mermas.
«Las cifras correspondientes al mes de febrero, por estar definidas en el corte de OFICODA, fueron entregadas en tiempo. Y aún así, por insuficiencias de la Comisión Municipal y los factores responsabilizados, sucedieron las afectaciones, motivo por el cual se inició un proceso de depuración de responsabilidades y solicitud de medidas disciplinarias a 14 miembros de la Comisión Municipal, y entidades de los sistemas de Comercio, MINAGRI y MINAZ».
Precisa que también se acordaron medidas organizativas para evitar que el suceso se repita: Evaluar la garantía de las entregas planificadas por las distintas formas productivas, análisis semanal del comportamiento del corte de OFICODA, y la creación de una reserva de leche en polvo en cada territorio.
También respondió al respecto Migdalia Moreno Gómez, subdelegada de la Ganadería del Ministerio de la Agricultura en la provincia, quien en sentido general ratifica lo antes expuesto, y señala: «A partir del 29 de diciembre se comenzó a presentar el déficit, y no fue de conocimiento de la Comisión Provincial hasta el 1ro. de febrero, ya que el corte de OFICODA que debía hacerse el 7 de enero no se realizó».
La funcionaria abunda en las perspectivas de sostenibilidad lechera en el territorio: Solo el 47 por ciento de las vacas de leche son de ordeño, y el 75 por ciento de los tributantes son propietarios de uno a tres ejemplares; lo cual dificulta su atención y control. «Teniendo en cuenta la reducción de la producción en un 63 por ciento en el período de seca, esta no se puede lograr hasta el 2015, para lo cual hay que construir cinco nuevas vaquerías, 43 microvaquerías y 11 carretones, al tiempo que hay que reparar 27 kilómetros de caminos.
«Y para ello se demanda de un nivel de recursos que, unido a los necesarios para los productores privados, ascienden a 24 toneladas de alambre, 107 toneladas de cemento, 4 000 tejas, 1 300 pares de botas de goma, 900 machetes y limas, así como un nivel de cántaras, envases, acero y acetileno, y de diésel».
Migdalia también destaca la gravitación que tiene en este propósito la atención al sujeto del programa: el recurso humano. Es imprescindible, en su criterio, que los productores de avanzada se sientan estimulados. Y se requiere también la entrega de tierra y animales a quienes estén interesados, y motivados, en producir leche.
La subdelegada asegura que, en lo que a la Agricultura compete, se le seguirá dando atención permanente a este problema, hasta su total solución.
Como ven, no es solo proponerse algo como una meta, sino crear las condiciones para que luego la culpa no la pague la ubre de la vaca.