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José Ricardo se declara amante de su deporte, pero manifiesta predilección por la prueba de la esgrima y el evento combinado. Autor: ACN Publicado: 30/07/2020 | 10:09 pm
SI para destacar en un deporte hace falta mucho más que talento, imagine usted cuánto se necesita para sobresalir en cinco disciplinas.
Suena a camino empedrado, sin embargo, fue justamente esa la senda que escogió José Ricardo Figueroa García cuando a sus 12 años decidió apostarle al pentatlón moderno y desde entonces los dados de la buena fortuna han sido benevolentes con este joven habanero, miembro del equipo cubano del deporte.
Aunque, y es válido aclararlo, el capitalino no le debe a la suerte sus cetros de campeón panamericano en 2013 y 2014, así como su sexto lugar en la cita continental de Lima en 2019, entre otros resultados, sino a sus excelentes condiciones como pentatleta y a los esfuerzos que diariamente realiza para mantenerse en la élite nacional.
Próximamente, cuando la COVID-19 le conceda al mundo su derecho a la anhelada normalidad, Ricky, como cariñosamente lo conocen familiares, amigos, colegas y entrenadores, tendrá ante sí un nuevo compromiso: clasificarse a los Juegos Olímpicos de Tokio 2021.
Sobre el tema el pentatleta de 29 años señaló a JR a través de las redes sociales que aún cuando sabe que no será una meta fácil de conquistar, no considera que se trate de un objetivo inalcanzable.
«Tengo un sexto lugar panamericano, que se traduce en una buena cantidad de puntos para el ranking, por lo que solo necesitaría incluirme en dos finales de Copa del Mundo o algún Mundial para sumar el resto de las unidades, esa es mi ventaja.
«También está el hecho de que cuento con la confianza del equipo y la dirección nacional de la disciplina, que me han incluido en bases de entrenamiento y competencias de nivel junto a Leydi Laura Moya y Léster Ders, mis dos compañeros que ya aseguraron su presencia en Tokio», argumentó.
«Si logro el boleto por ranking sería la constancia de que estoy en excelente forma deportiva y estaré entonces seguro de que podría mejorar el puesto 32 que obtuve en Río 2016. Mi anhelo es incluirme entre los 15 mejores de la olimpiada y si fuera entre los diez, pues bienvenido sea», agregó Figueroa García.
De las posibilidades reales del muchacho en su afán de convertirse en el tercer pentatleta cubano en garantizarse un boleto a tierra de samurais, su entrenador Ignacio Cruz nos comentaba «que será un escenario complicado para él, debido a que tendrá que batirse con las segundas figuras de varios países que ya cuentan con atletas clasificados y otros que irán en busca de su primer pasaje olímpico.
«No obstante, confiamos en su carácter y en la valentía que tiene a la hora de enfrentar cualquier competencia, sea del rigor que sea», alegó el preparador.
Como es de suponer, el freno impuesto por el nuevo coronavirus perjudicó el embate del joven, que incluso llegó a completar una fructífera base de entrenamiento en Guadalajara, México.
«Durante este tiempo parados obviamente no podemos hacer todo como quisiéramos, pero se ha mantenido la preparación física. En el caso de José Ricardo ha estado en constante comunicación conmigo y ha podido entrenar la natación, gracias a que reside en el municipio de Playa, también le ha dedicado tiempo al ciclismo, las carreras y los ejercicios generales, aunque no ha sido posible cabalgar», comentó Ignacio Cruz.
Consiga o no volver a defender el nombre de Cuba bajo los cinco aros, lo cierto es que a José Ricardo le quedarán otros podios que conquistar, tanto a nivel regional como global.
Pero sea cual sea el escenario, es un hecho que será su calidad como deportista y no la suerte, la que garantice un andar sin demasiados tropiezos por la rugosa senda que supone la práctica de cinco deportes en uno.
