BEIJING.— El hermoso paisaje de flores y montañas que apreciamos este lunes, durante el camino de 40 minutos hacia el velódromo Laoshan, fue un buen presagio. Más tarde, sobre la pista de madera, la villaclareña Yoanka González terminó segunda en la carrera por puntos e inscribió en los libros la primera medalla olímpica del ciclismo cubano.Tenía que hacerlo ella, quien alcanzó en Santo Domingo 2003 el primer título panamericano de una cubana en este deporte, y en 2005 trajo desde Australia la primera corona mundial de nuestro país. Y tenía que hacerlo ahora, para animar con su hazaña al campeonísimo Pedro Pablo Pérez, todavía convaleciente de aquel fatídico accidente de tránsito.No hace falta explicar lo que significa dejar a su pareja en tales condiciones e irse tan lejos a competir. Cualquiera puede imaginárselo. Pero ella lo hizo, por todos nosotros, y valió la pena.«Estoy feliz. Siento que cumplí con mi familia, con el ciclismo cubano, con la Revolución. A todos les debo lo que soy, lo que he podido lograr. A mi pueblo le doy las gracias también por el cariño de siempre. Escuché que un ciclón pasó por allá, pero si hizo algún daño ya nos recuperaremos. Debemos seguir luchando», dijo en un pequeño intercambio con la prensa cubana al concluir la ceremonia de premiación.No habló todavía del retiro, aunque aseguró que fue su última Olimpiada. Entonces pasamos a las bromas, porque a los cubanos nos gusta celebrar con risas y aspavientos. A fin de cuentas, estábamos felices.De la carrera ya usted lo sabrá todo a estas alturas, pero recordar es volver a vivir y ese momento lo merece. La holandesa Marianne Vos, indiscutible número uno del planeta, ganó con 30 puntos, pues le sacó una vuelta de ventaja al pelotón antes de cerrar el séptimo sprint.Yoanka terminó con 18, tras ganar tres embalajes, entre ellos el último que fue decisivo. Otras veces había perdido la medalla en la vuelta final y por eso los técnicos la prepararon para cerrar bien arriba. Detrás entró la española Leire Olaberría y ello le valió el bronce por encima de la colombiana María Luisa Calle, pues ambas acumularon 13 unidades.Caía la tarde cuando regresamos al Centro Principal de Prensa y el paisaje nos pareció todavía más hermoso. Quizá era otro buen augurio y todavía no lo sabemos. Ojalá.