La Habana._ Inmediata repercusión popular tuvo en Cuba la noche de este domingo, el fallecimiento en la capital del actor Enrique Almirante, víctima de una penosa enfermedad, informó AIN.
Con una sólida trayectoria artística, en el cine, la radio, la televisión y el teatro, dedicó 56 años al arte, y al morir ocupaba el cargo de Director de la Agencia de representación artística Caricato, labor que desarrolló hasta que sus fuerzas se lo permitieron.
En una reciente entrevista concedida al periódico Juventud Rebelde, confesó que la televisión fue el medio que marcó en mayor medida su labor, le dedicó mayor tiempo e hizo papeles diametralmente diferentes, con las mejores satisfacciones.
Sencillo y afable en su trato, admirado por sus compañeros, Almirante surgió como actor primero en la radio, después en la televisión, como extra o secundario, hasta convertirse en galán, y más tarde, protagonista sistemático en el espacio de las series juveniles de aventuras.
En el cine, Almirante estuvo en filmes como Jíbaro, El bautizo, Mella, Aquella larga noche y Río Negro, y rodó películas en Perú, México, Venezuela y Colombia.
Muchos de los espacios dramáticos en los más de 50 años de existencia de la televisión cubana contaron desde su fundación con la impronta de Enrique Almirante, a quien hoy se sigue apreciando con su actuación en la telenovela Oh, La Habana, en la que interpreta al entrenador de boxeo.
Reveló en la citada entrevista que ese personaje lo moldeó inspirado en el gran actor y amigo Alejandro Lugo, quien fue también boxeador, y en él, dijo, se resume la experiencia, el carisma, la exigencia, la amabilidad.
Querido por el pueblo cubano, Enrique Almirante lega más de medio siglo de quehacer muy vinculado a sus colegas, a la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) donde desarrolló diversas tareas y al Instituto Cubano de Radio y Televisión, que le declaró artista de mérito.