Nelson Acosta Ballagas, joven que trabaja en el Centro de Ingeniería Clínica y Electromedicina Autor: Cortesía del entrevistado Publicado: 24/04/2021 | 12:52 pm
CAMAGÜEY.— El protagonista de esta historia tenía solo 12 años de edad cuando armó su primer amplificador, el cual sonaba un poco raro, pero no le importaba porque era su primera gran «obra maestra», contó sonriente a JR.
Nelson Acosta Ballagas, joven que trabaja en el Centro de Ingeniería Clínica y Electromedicina, de esta ciudad, cuenta que su «bichito» por la electrónica le viene desde bien pequeño, pues su papá, Nelson Acosta Gómez, también electromédico, arreglaba equipos frente a él. «Mientras papi los desarmaba yo hacía lo mismo con los radios, las grabadoras y hasta con las videocaseteras», comentó.
Este hacedor de proyectos y sueños, de 24 años de edad, graduado en julio de 2020 en Ingeniería en Telecomunicaciones, Informática y Biomédica en la Universidad de Oriente (UO), en Santiago de Cuba, es muy conocido en el mundo de la inventiva porque en su corto, pero laborioso haber profesional, acumula importantes aportes.
Se destacan sus soluciones para los sobreexplotados monitores Hewlett Packard (HP)/OmniCare, para los cuales no hay componentes de repuesto ni posibilidad de adquirirlos en Estados Unidos —el bloqueo contra Cuba no lo permite—; y la adaptación de fuentes de 12 voltios al monitor del tomógrafo multicorte modelo Sensation 64 —conocido popularmente como Somatón—, único de su tipo en la provincia, el cual permite una mejora significativa en la visualización de detalles del cuerpo humano.
Con energía y optimismo, Acosta Ballagas asumió estos desafíos tecnológicos en medio del impactante escenario pandémico, junto a los experimentados electromédicos de su centro de trabajo.
«Cuando conocí que esos 12 monitores HP estaban de baja empecé a estudiarlos para devolverlos a la vida útil, porque son importantes para visualizar el comportamiento de los signos vitales en pacientes graves; y el tomógrafo es imprescindible para atender traumas y lesiones difíciles de diagnosticar», explicó.
Ambos aportes, desarrollados a pocos meses de graduado, no solo conllevan un impacto social, por lo que representan para salvar vidas, sino también en el orden económico.
«Imagina —dijo este camagüeyano de pura cepa— que el equipo multicorte le costó al país más de un millón de dólares importarlo. Los monitores HP sobrepasan los mil dólares cada uno, pero si les sumamos todos los accesorios que integran el aparato computarizado, entonces la cifra asciende a 2 500 USD».
La singular historia de Nelson tiene sus orígenes justamente durante su vida universitaria. Acerca de esta etapa creadora reveló: «Buena parte de mi tiempo libre lo dedicaba a arreglar ascensores, teléfonos y televisores en la beca estudiantil, todos de uso común, y los sistemas eléctricos de diversos dispositivos en las instituciones donde hacía mis prácticas laborales, los cuales me permitieron desarrollar ese bichito de la innovación y la inventiva», subrayó.
—Tu trayectoria te permitió ser el estudiante más Integral en impacto social en la Universidad de Oriente. ¿Cuál fue tu reacción al conocer que te otorgaban esa condición entre cientos de estudiantes?
—Me sentí contento, pero a la vez nervioso, porque nunca imaginé que sería seleccionado entre tantos jóvenes valiosos, quienes al igual que yo poseían un aval de grandes aportes. Realmente me sorprendió y lo gradezco, pues ello fue la reafirmación del camino que escogí para mi futuro profesional.
—¿Cómo es un joven científico-técnico?
—No hay secretos, ni se es diferente a los demás. Lo mismo juego a la pelota que al fútbol y me gusta la música. Hay tiempo para todo. Solo que la ciencia requiere de mucho pensamiento, estudio y responsabilidad.
—¿Santiago de Cuba es una tierra que te dio muchas alegrías?
—Sí. Allí me hice profesional y ahora esa tierra y su Universidad me abren sus puertas para desarrollar mi doctorado, el cual me llegó de manera singular, pues nunca pensé que fuera a propuesta y petición del Presidente del país, el ya Doctor en Ciencias Miguel Díaz—Canel.
—¿Cómo recuerdas ese momento?
—En octubre del pasado año, ejerciendo como electromédico, me mandan a buscar de la UO. Durante la visita gubernamental encabezada por el Presidente cubano en Santiago de Cuba se desarrolló un diálogo de Díaz—Canel con estudiantes y profesores de la universidad, en el cual se dio a conocer algunos de mis aportes sociales y científicos, además de otros de la institución.
«En ese encuentro le expliqué al Presidente sobre algunos de mis proyectos consolidados. Yo estaba muy nervioso, pues él no solo escuchó mis palabras, sino que se interesó por varios detalles que me sorprendieron por su nivel de conocimiento y especificidad. Al concluir su intervención propuso al consejo científico y a los expertos presentes que se me concediera la posibilidad del doctorado, lo cual me impactó, pues no me lo esperaba».
—¿Qué campo de la biomédica te gustaría investigar para tu doctorado?
—Sueño en grande, pues deseo diseñar un electroencefalógrafo totalmente cubano. Este dispositivo es capaz de recibir y procesar señales que permiten diagnosticar trastornos cerebrales en los seres humanos. Ese es mi mayor deseo, y aunque la covid—19 ha puesto en pausa mi proyecto, no renuncié a él ni por un segundo.
—A pocos meses de graduado te hicieron miembro del Comité de Expertos del Centro de Ingeniería Clínica y Electromedicina en Camagüey. ¿Cómo asumiste esa nueva responsabilidad?
—No me la esperaba, pues en mi centro hay sobrada calidad humana y profesional, y estudiosos de gran talento y probada trayectoria innovadora. Es el trabajo en colectivo el que logra echar a andar proyectos y equipos, por muy sencillos o complejos que estos sean. Así los logros individuales no lo son tanto, porque dependen de un colectivo que apoya la creación.
—¿La mayor de tus enseñanzas como joven investigador?
—Escuchar con humildad a los más experimentados.
—El secreto para el éxito.
—Estudiar y no dejar de soñar.
—¿Agradecimientos?
—Muchos. Mi familia, en especial mi padre y mi madre Josefa, y mis profesores, mis compañeros… todos merecen mis respetos por su constancia y paciencia.
A este tomógrafo multicorte, modelo Sensation 64, único de su tipo en la provincia agramontina, se le adaptó una fuente de 12 voltios en el monitor, que no encendía. Foto: Cortesía del entrevistado
Nelson Acosta Ballagas es un de joven de 24 años a quien el bichito de la inventiva no lo abandona ni por un segundo. Foto: Cortesía del entrevistado
Los monitores Hewlett Packard (HP)/OmniCare presentaban problemas con el back light fluorescente, los cuales se sustituyeron por unos de sistema led, diseñados y construidos por el joven ingeniero Nelson Acosta Ballagas. Foto: Cortesía del entrevistado