SANTIAGO DE CUBA.— El aniversario 140 del fusilamiento en esta ciudad por tropas de la metrópoli española, del patriota bayamés Perucho Figueredo, fue recordado aquí este 17 de agosto con actos ante su tumba, y en plazas y cuadras.
Ante el sitio donde descansan los restos del autor del Himno Nacional cubano, en el patio I del cementerio de Santa Ifigenia, fue depositada una ofrenda floral a nombre del pueblo de Cuba y en su honor fue interpretado El mambí, de Luis Casas Romero.
El arquitecto Omar López, Conservador de la Ciudad, al intervenir en la ceremonia, destacó que el Mayor General Pedro Figueredo Cisneros, «Perucho», fue un hombre íntegro, que puso su vida al servicio de la independencia cubana.
Perucho Figueredo, significó López, fue designado durante el primer Gobierno en armas de Cuba como Mayor General y Secretario de Guerra, cargo que desempeñó hasta que, ya enfermo y víctima de una delación, cayó en manos enemigas y fue conducido a esta oriental ciudad.
En la cárcel santiaguera pasó sus últimos días el insigne patriota, y el 17 de agosto de 1860 fue fusilado ante los muros del antiguo matadero de Santiago de Cuba. Hasta en esa hora difícil supo Perucho ser consecuente con el verso vibrante del Himno de la Patria, pues parado firme ante el pelotón de fusilamiento exclamó: «Morir por la Patria es vivir».
Otros gestos de recordación del Mayor General Perucho Figueredo tuvieron lugar ante el obelisco levantado en su memoria en la céntrica Plaza de Marte, donde fueron entonadas por una multitud las notas del Himno Nacional. También en cuadras y estructuras cederistas aledañas al sitio donde fue fusilado, en las que se resaltó la trascendencia de su vida que no escatimó sacrificios para ver libre a la Patria.