El campeón de la Olimpiada Iberoamericana es un joven cienfueguero de 17 años, amante de dicha disciplina tanto como de la computación y la música Autor: Julio Martínez Molina Publicado: 21/09/2017 | 04:51 pm
CIENFUEGOS.— Cuando cursaba los estudios secundarios, a Luis Miguel Gato Díaz nunca le atrajo demasiado la Física, pues ningún profesor logró sugerirle su encanto. Otra fue la historia al ingresar al Instituto Preuniversitario Vocacional Carlos Roloff, de Cumanayagua.
El joven concitó la atención del educador Ismael Sánchez, quien vio su talento para la especialidad y lo entrenó y condujo a diversos eventos a lo largo del país.
Tan generosa fue la cosecha que, durante 2008 y 2009, Luis Miguel se agenció Oro y Plata, respectivamente, en la Olimpiada cubana de Física.
En virtud de tales resultados, integró en ambas ocasiones la preselección nacional de cara al evento mundial. El año anterior no clasificó, pero este sí. Y trajo el Oro a casa.
Finalizada en Santiago de Chile el 3 de octubre, en la XIV Olimpiada Iberoamericana intervinieron jóvenes apasionados de la Física provenientes de 18 naciones. Además del puesto cimero de Luis Miguel, nuestro país acaparó una Plata, un Bronce y una Mención honorífica.
Dice el adolescente cienfueguero de 17 años, vencedor absoluto del evento, que en la capital chilena debió enfrentar dos exámenes, uno de corte experimental (práctico) y otro teórico.
Gracias a la excepcional calidad del segundo, también recibió una distinción acreditativa del mejor cuestionario respondido en el certamen.
«Me formularon cuatro preguntas sobre física nuclear y desintegración radioactiva, satélites, mecánica y energía solar en su grado de irradiación sobre la Tierra. El experimental consistió en la búsqueda del coeficiente del período de oscilación de un péndulo bifilar (dos fibras)».
A juicio del joven talento de la Física cubana, dicha disciplina «es genial porque lo explica todo, cada uno de los mecanismos de la naturaleza. Siempre me gustó saber cómo funcionan las cosas, su origen, no aceptarlas sin interrogar; y esta materia me responde cuanto deseo saber».
Además del universo de Newton y Einstein, a él le interesa la computación —sobre todo programar—, aunque debe limitar su pasión a algunos momentos en la escuela, ante la ausencia de una computadora personal.
También oye rock y música disco facilitada por sus amigos, lee y sale de vez en cuando con ellos, aunque no se considera muy paseador. Durante el verano fue una noche al campismo Jagua y otras a los carnavales de Cienfuegos.
Cree que el tipo de joven intelectual y científico que personifica, también le agrada a las jóvenes, pues ha tenido novias y en estos momentos llama su atención una «enamorada» de la Vocacional «Lenin».
Luis Miguel terminó el Preuniversitario. Luego de pasar su año de Servicio Militar (al cual se integrará en el más próximo llamado) ingresará a la CUJAE, donde estudiará la carrera obtenida tras las pruebas de ingreso: Ingeniería en Telecomunicaciones y Electrónica.
Aspira a esforzarse en la Universidad como lo hizo durante el bachillerato: «No sé exactamente aún si dicha ingeniería será finalmente la especialidad por la que me decida, o me decante luego por Física pura u otra carrera semejante, pero en cualquiera que sea, me emplearé al máximo, pues tengo grandes metas por cumplir en mi vida».