SANTA CLARA.— En un 44 por ciento se logró reducir el número de casos diagnosticados con sida en Villa Clara, desde enero hasta la primera quincena de este mes, en comparación con igual etapa del pasado año.
Este avance fue catalogado por las autoridades de Salud Pública en el territorio como esperanzador en la lucha contra el mal.
La provincia, que cuenta con 547 personas que padecen la enfermedad, es la segunda en el país con más alto índice de prevalencia después de Ciudad de La Habana, y fue la única nacionalmente que en la etapa referida disminuyó el diagnóstico de nuevos contagiados.
El margen de confiabilidad de esta estadística resulta alto, pues a pesar de una mayor vigilancia y control se encontraron menos casos.
Lo expuesto lo avala la realización de 8 000 pruebas, casi el doble en comparación con las efectuadas en igual fecha del pasado año, a grupos de riesgo que incluyen a personas con infecciones de transmisión sexual, a las más activas sexualmente, entre 15 y 49 años, y aquellas que ingresan en centros asistenciales para estudios de diagnóstico por diversos problemas de salud.
Las comprobaciones se ejecutan luego que los involucrados expresan su consentimiento, aunque los hay también que acuden espontáneamente cuando piensan que pueden estar contagiados.
El progreso en la lucha contra el sida está relacionado con el trabajo de prevención y otras medidas aplicadas en los últimos diez años, reveló Bárbara Martínez Rodríguez, directora del Centro Provincial de Higiene del Sectorial de Salud.
Destacó el esfuerzo mancomunado de distintas instituciones y el trabajo en específico con los grupos más vulnerables, así como un mayor cuidado de las personas en sus relaciones sexuales y la utilización del condón.
Consecuentemente se logró revertir su crecimiento, pero es obvio que el problema aún no está solucionado.
Sin embargo, la disminución constituye un incuestionable adelanto y la tendencia indica que podría seguir a la baja en la provincia, donde casi la totalidad de los que padecen la enfermedad viven en sus casas.
Martínez Rodríguez destacó que ha mejorado la calidad de vida de los enfermos. Estos reciben un tratamiento con medicamentos que, en más de un 80 por ciento, son producidos en el país.