Acuse de recibo
Cuando las cosas no se hacen bien y en orden lógico, al final brotan las malas costuras. Y esos zurcidos burdos se pagan muy caros. Se sufren largo tiempo.
Yolanda García Pérez escribe desde Rotaria 654, entre Enlace y Calle A, en el reparto Unión, del municipio capitalino de Regla. Lo hace para revelar una historia de chapucerías que les ha complicado la existencia a los vecinos de su barrio.
Hace más de cinco meses, en Avenida Rotaria y calle Segunda hubo un salidero en la tubería maestra del agua potable. Y cuando se planificó reparar la avenida para facilitar el tránsito de la ruta P-14, la ECOI 5, entidad encargada de asfaltar la arteria, tuvo que detener la obra para que Acueducto del municipio sellara el salidero.
Todo se agrava más porque el escape está junto a un vertedero de basura. Así, se contamina el agua que deben consumir los vecinos.
La ECOI 5 esperó unos 15 días, pero como no se reparó el salidero, continuó sus trabajos y asfaltó por sobre el salidero. Como era de esperar, a los pocos días el agua comenzó a brotar y a correr por toda la calzada. Y la basura se acumuló con la apertura del salidero.
A ello se une que frente a la vivienda de Rotaria 650, a una cuadra del salidero, quedó un desnivel en el asfalto, como consecuencia de que la segunda capa que echaron no se profundizó. Y también un salidero de aguas negras terminó depositándose en el desnivel. Un agua hedionda y deprimente.
En varias ocasiones los vecinos han formulado sus quejas en las oficinas de Acueducto en Regla. La respuesta es que no tienen recursos para acometer el trabajo, por lo cual lo han informado a la provincia; y la ECOI 5 no puede arreglar el desnivel hasta que no se elimine el salidero. Un círculo vicioso en el cual todos están atrapados.
Si Acueducto no tiene recursos para arreglar un salidero en la maestra, ¿qué tiene entonces?, se preguntan los vecinos que ven derrocharse el agua y enlodarse todo.
Calzada de las confusionesJosé Nicanor Santiesteban está muy confundido, allá en calle Tercera número 20304, entre Calzada de San Miguel del Padrón y Central, en el reparto Alturas de Luyanó, en el municipio capitalino de San Miguel del Padrón.
Por un lado, las informaciones de la prensa le confirman que existen recursos para arreglar vías principales. Sin embargo, la Calzada de San Miguel del Padrón, una arteria tan importante de la ciudad, sigue desatendida, deteriorándose por día. «En no menos de ocho años se inician las reparaciones y se detienen por diversas causas —apunta José Nicanor— y el gasto de materiales no tiene límites. En sus inicios se reparó una parte con hormigón, y después solo se ha arreglado parcialmente. En los casos de reparaciones hidráulicas y de alcantarillado, no se tiene en cuenta la calidad requerida».
La situación es tan difícil, que los ómnibus asignados para la ruta A-1 y otras están hace no menos de 10 meses en el paradero, sin poder prestar servicio debido al malísimo estado de las vías.
El panorama vial se agrava porque existen vías de cruce entre municipios, que actualmente están obstaculizadas por el deterioro. Calle Cuarta, que sale a las Ocho Vías y comunica con el municipio de Guanabacoa, dentro de poco también estará intransitable, precisa José Nicanor. Y para colmo, los derrames de aguas albañales pululan.
Entonces José Nicanor se pregunta lo que está en boca de muchos habaneros: ¿Por qué no se ha iniciado la reparación de la Calzada de San Miguel del Padrón y otras céntricas calles de gran circulación? ¿Quiénes son los responsables? Por fin, ¿hay recursos o no? ¿Falta la mano de obra? ¿Por qué hay que esperar tanto?
José Nicanor y muchos habaneros temen que no se hagan las cosas con la organización y la integración requeridas.