Expertos sostienen que ante la longitud de apenas 10 milímetros de la Eleutherodactylus Iberia, los pinareños pierden el recelo y coquetean con la versión en miniatura de esta rana Autor: Internet Publicado: 21/09/2017 | 05:00 pm
La minúscula talla de una rana visible en la provincia pinareña, acerca a las personas al grupo de los anfibios, con un endemismo del 95 por ciento en el archipiélago cubano, más víctimas frecuentes de la repulsión, refiere la AIN.
Expertos sostienen que ante la longitud de apenas 10 milímetros de la Eleutherodactylus Iberia, los humanos pierden el recelo y coquetean con la versión en miniatura de un animal, al cual muchos rechazan por su frialdad.
Cuba cuenta 49 especies de ranas de varios coloridos y tamaños, todas inocuas y diseminadas a través de sierras, llanos, ciudades y cavernas, mientras de sapos, pertenecientes al género bufo, el país reporta siete, y su veneno no letal se emplea en prácticas de laboratorio en farmacia, según informes del CITMA.
Hasta el presente, los anfibios son los vertebrados menos estudiados en la nación, si bien se conoce su impacto biológico, al intervenir en las cadenas tróficas como consumidores de insectos, arácnidos y moluscos, cualidad que los convierte en controladores biológicos de la salud de los ecosistemas.
Ocasionalmente, advierten estudiosos, la población incurre en el error de creer al sapo y la rana pareja de macho y hembra, cuando en realidad son especies distintas, pues los primeros tienen piel berrugosa y carecen de los discos adhesivos necesarios para saltar al estilo de las ranas, entre otras diferencias.
En algunas culturas se les considera incluso fetiches para la suerte, y cada vez más sirven de inspiración folklórica, artística y abundan en campañas comerciales, vaticinio de mejoría en la aceptación por parte de los hombres.