De nuevo a las andadas, el presidente de Estados Unidos fue en esta semana al estado de Arizona, uno de los señalados como aportador al actual incremento de los casos del nuevo coronavirus, y allí plantó con dos mentiras: su muro ha detenido a los migrantes y a la propagación de la Covid-19
Dos libros diciéndole verdades, unidos en el fin de semana a un estadio más que medio vacío en Tulsa son cucharadas de acíbar para un paladar que solo quiere lisonjas y asentimientos
El despedido exasesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos afirma en su libro que Donald Trump es un «adicto al caos» y solo le importa la reelección
El secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, en una especie de salvavidas al socio brasileño Jair Bolsonaro y su también insensata mirada al nuevo coronavirus, «denuncia» en Twitter a la Organización Panamericana de la Salud «por facilitar el trabajo forzado de los médicos cubanos participantes en el programa Mais Medicos en Brasil»
La Conferencia de Alto Nivel sobre Economía, Finanzas y Comercio dentro del marco de la COVID-19 fue convocada por la Alianza Bolivariana para los pueblos de América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP)
Martin Gugino es miembro de la Asociación de Amistad Canadiense-Cubana en Niágara, justo en la frontera con Estados Unidos, su país natal y pacifista de larga data, sus amigos afirman que donde quiera que ve una injusticia da un paso adelante para corregirla, pero siempre sin violencia
Tanto la nueva barrera construida alrededor de la Casa Blanca como la estrella de Donald Trump en el bulevar de Hollywood tienen un aspecto bien diferente. Ahora son recordatorios de que el pueblo estadounidense está hambriento de justicia
No hay preguntas estúpidas, ¿Acaso Trump encabeza la marcha hacia una dictadura presidencial?
Estados Unidos se estremece por manifestaciones que exigen justicia en decenas de ciudades. George Floyd y Minneapolis son circunstanciales: un hombre negro y una urbe de disparidades resultan espejos de una trágica e inhumana historia repetida
La democracia al estilo estadounidense está sufriendo desde antes de la pandemia de la Covid-19 con decisiones unilaterales y autoritarias de su Presidente y no pocos se preguntan si ese quebranto de las reglas del juego o status quo será definitivo