Ecos de Marabana 2017 (+ Fotos)

La meta donde entran los corredores tras kilómetros de lucha es un nido de emociones. Son tantas y tantas las historias de vida palpables solo con observar durante minutos, que uno se percata al instante de la grandeza de Marabana… En resumen, para la historia quedan los ganadores, pero lo cierto es que una maratón es más, mucho más que eso.

La Habana recibe a los andarines como mejor puede. Sol y aire fresco, condiciones climatológicas inmejorables para un circuito exclusivo.

El corredor va luchando contra sus propias fuerzas, pero a su alrededor tiene un impulso de valor gigantesco: las calles cubanas repletas de tradiciones autóctonas de la Isla, su gente… Lo mismo te encuentras con un intrépido velocista que va tras la medalla, que un anciano que apenas puede caminar, que un joven en silla de ruedas…

Durante 10 minutos, es posible notar un sinfín de sorpresas: Uno tras otro, los competidores cruzan la meta, con rostros rojos y sudorosos, extremadamente cansados, pero ninguno puede evitar la sonrisa, por muy leve que sea. Una mexicana, ya entrada en años, llega arropada por su bandera y unas plumas en el pelo: parece una indígena maya, y la gente la aplaude nada más verla.

Justo unos segundos después, entra raudo un anciano, amputado de su pierna derecha, en una silla de ruedas. Dice que jamás ha faltado a la maratón habanera. Le da fuerzas para seguir adelante, aclara mientras por su mejilla comienza a descender, de súbito, una lágrima. No puede hablar más. Tampoco lo necesita.

Estaría un día contando lo que vi en Marabana. Desde una pareja de europeos —lo noté por el color pálido de su piel— que, sin apenas cruzar la línea final, se fundieron en un abrazo, hasta el niño que entró de la mano de sus padres; un ajiaco de locuras y tradiciones nacionales extrapoladas al deporte.

Sería una nimiedad, entonces, aclarar que Marabana 2017 ha sido, otra vez, un rotundo éxito desde diversos puntos de vista. A nivel organizativo, muy pocas fisuras quedan ya, mientras en el renglón competitivo, los tiempos estampados por sus ganadores fueron bastante aceptables.

Al finalizar, quienes se llevaron la corona de la paradigmática maratón habanera, en la distancia de 42 kilómetros y 195 metros, ofrecieron declaraciones a JR:

Yudileyvis Castillo: «No tenía previsto competir en la maratón, fue una decisión repentina de los entrenadores cuando ni siquiera la doctora me daba permiso para competir porque tenía la hemoglobina baja. Hice un gran esfuerzo y todo salió mejor de lo que pensaba. No pensé que iba a ser yo quien pondría el ritmo de la carrera, incluso quienes estaban a mi alrededor eran hombres y se quedaron. Me sentí bien y se me dio el resultado. Le envío un agradecimiento a todos quienes me apoyaron y en especial a la provincia de Villa Clara».

Herny Jaen Ortiz: «El circuito estuvo bien, me sentí relativamente cómodo por el clima favorable. Para nadie es un secreto que este circuito es duro pero me preparé bien y salió el resultado. La primera vuelta me mantuvo tranquilo y apreté en la segunda al llegar a la pendiente, ya en ese momento empecé a trabajar las lomas como de costumbre y eso me permitió conseguir una distancia considerable. Busqué un resultado para participar en algún evento internacional y estaré en la maratón de París una vez más, donde trataré de conseguir un mejor resultado que la vez anterior».