La rumba no ha muerto, vive y tiende a evolucionar. Tal concepto es manejado en demasía por Yoruba Andabo en su último fonograma, donde la compañía folclórica capitalina capta El espíritu de la rumba (Bis Music 2012).
El disco reúne una decena de composiciones que ofrecen un viaje por diferentes tendencias del estilo, como el guaguancó, la columbia y el bambú; a la vez que bordean otras vertientes melódicas como la conga, la cual fusionan con ese matiz salido de los tambores del grupo.
Para Geovani del Pino, líder de la agrupación, la rumba es una clara expresión de cubanía. De ahí que este volumen haga ese necesario periplo por lo nuestro, adonde no faltan versiones de temas clásicos del repertorio nacional como El necio, de Silvio Rodríguez, y que nos devuelven al toque de la clave y las percusiones; o de Guantanamera-Popurrí, inspirado en el célebre sencillo de Joseíto Fernández, ahora al tiempo de un sabroso guaguancó.
La riqueza del álbum radica precisamente en la preservación de esa estética que Yoruba Andabo aplica para hacer arte. En las canciones de Ronald González y del propio Del Pino —ambos integrantes del grupo—, junto a la de Francisco Oropesa, se percibe ese sello que por casi tres décadas ha mantenido la agrupación.
Quienes se acerquen al compacto podrán disfrutar de una de las mejores agrupaciones en la historia de la música afrocubana, como señaló en sus palabras al CD el destacado pianista Chucho Valdés. Sentirán ese particular sonido de los tambores y la fuerza de los cantos folclóricos que se palpa en Madrina, Don Belén, Abakúa, La gozadera y muchos otros. Allí se nos dibuja una tradición que, al decir de Yoruba Andabo, está presente en toda la música criolla.