Un reclamo por la liberación de los Cinco Héroes materializaron artistas e intelectuales cubanos con mensajes de aliento y esperanza. Autor: Raúl Pupo Publicado: 21/09/2017 | 05:01 pm
«Nosotros, los escritores y artistas cubanos, que también amamos la justicia y la paz, les expresamos a través de este mensaje nuestro más profundo agradecimiento con la causa de los Cinco cubanos encarcelados ilegalmente en cárceles de los Estados Unidos. Estamos convencidos de que la carta que enviaron al Presidente Barack Obama ha contribuido a romper el ultrajante silencio que pretende ocultar la verdad sobre esta noble causa».
Así afirmó Miguel Barnet, presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), a nombre de sus colegas, este martes, en el acto celebrado frente al monumento a las víctimas del Maine.
Las palabras del intelectual se alzaron, junto a las voces de otras destacadas figuras de la cultura cubana, en un gesto de agradecimiento a los artistas norteamericanos que se unieron para apoyar la libertad de Ramón, Gerardo, René, Fernando y Antonio.
El reclamo por el cese de las injustas condenas que sufren los luchadores antiterroristas, tuvo uno de sus momentos más emotivos cuando Alicia Alonso, la prima ballerina assoluta, se dirigió, primero en español y luego en inglés, al pueblo norteamericano y solicitó al presidente de esa nación su liberación inmediata. Asimismo invitó a Barack Obama y a su familia, a compartir junto a los cubanos del arte que se cultiva en la Isla.
Al mensaje leído por Barnet se sumó Ricardo Alarcón, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, quien hizo un llamado a la justicia y catalogó la lucha de los Cinco como «una historia de auténtica solidaridad humana».
«Al final, el amor que recibirás será igual al amor que diste», sentenció Alarcón, aludiendo a una frase del grupo británico los Beatles.
En un gesto simbólico, el artista de la plástica Alexis Leyva Machado (Kcho), liberó cinco palomas blancas y en un mural confeccionado con la participación de otros creadores, los intelectuales presentes plasmaron sus firmas como confirmación de su clamor desde el corazón y la verdad.