Juan Manuel Márquez «Tras la sorpresa de Alegría de Pío, Juan Manuel Márquez perdió todo contacto con los suyos. Acosado por el hambre y la sed, deambuló por aquellos inhóspitos parajes, hasta que el 15 de diciembre, agotado por las terribles privaciones a que se había sometido, al salir a la guardarraya del cañaveral, se encontró con un indigno cubano nombrado Ignacio Fonseca, quien avisó al soldado Francisco Moreno».
Lo explica Pío Luis Machado Martínez, quien ha estudiado profundamente la figura de Juan Manuel Márquez, el segundo jefe de la expedición del Granma. Él nos habla de la muerte de su íntimo amigo marianense.
«El delator y el guardia lo detuvieron y lo llevaron, primero, a la casa de una familia campesina de apellido Matamoros. La señora de la casa se compadeció de él y le dio a ingerir algo de lo que tenía, pero apenas pudo comer, pues su estado era pésimo».
Detalla Pío Luis que lo montaron a caballo y lo condujeron al cuartel de Juba del Agua, al mando del teniente Mario Lacal, quien había sido condiscípulo del mismo Juan Manuel Márquez en el Instituto de Marianao. Los dos se reconocieron, pero el oficial, que lo retuvo durante tres horas, nada hizo por salvarlo.
«Al oscurecer apareció en el puesto militar el capitán Caridad Fernández. El esbirro dijo al indefenso prisionero: “Así que usted es Juan Manuel Márquez, venga conmigo”. Lo montaron en un yipi y partieron hacia el cuartel del central San Ramón».
En el trayecto fue objeto de las más crueles torturas. Y cuando el siniestro capitán llegó al cuartel, habló en secreto con el jefe del destacamento, sargento Valdés, y con el soldado Celso Torres González.
Este último, con los guardias Arnaldo Jiménez Jiménez y Pitágoras Pérez Cambera, obligaron al jefe de cocina del puesto militar a que cavara una fosa en la finca Norma. Allí el soldado Celso Torres le disparó tres tiros a Juan Manuel, uno de estos en la cabeza.
TRAYECTORIA DEL HÉROEJuan Manuel Márquez nació el 3 de julio de 1915 en la Playa de Santa Fe. En 1922 vivió en Bauta, y en 1928 se mudó para Marianao.
Desde adolescente mostró una impresionante trayectoria revolucionaria. En 1931 lo arrestaron junto a su padre porque ambos se incorporaron a las protestas contra la tiranía machadista. Fue liberado ante las grandes presiones populares.
Por redactar y distribuir proclamas de contenido revolucionario, al año siguiente, en abril de 1932, se convirtió, con solo 16 años, en el preso político más joven de la época, de Cuba y de América Latina, primero en el Castillo del Príncipe y después en el llamado Presidio Modelo de la Isla de Pinos, condenado a diez años.
Al principio de 1936 lo arrestaron y lo sancionaron a 8 años, pero el Comité Nacional Pro Amnistía de Presos Políticos, que presidía Juan Marinello Vidaurreta, obtuvo una rebaja de la condena a cuatro años, hasta que en 1937 una ley nacional de amnistía lo liberó.
Fue detenido también el 29 de diciembre de 1953, en la escalerilla del avión, cuando partía rumbo al exilio. El 4 de junio de 1955 de nuevo fue arrestado, y dos días más tarde torturado en la 17 Estación de Policía. El diario El Sol publicó un editorial condenando la acción. Márquez fue ingresado en la clínica Santa Emilia, en Marianao, y Fidel, que el 15 de mayo de 1955 había sido liberado junto a sus compañeros, lo fue a ver. De esa oportuna visita surgió su compromiso definitivo con el Movimiento 26 de Julio.
Los órganos secretos de dos tiranos lo ficharon como hombre peligroso para sus felonías. Fue perseguido, gol-
peado, asediado y se convirtió en enemigo irreconciliable de dos dictaduras: la de Gerardo Machado primero, y la de Fulgencio Batista después. Varios años después fue combatiente de la expedición comandada por Fidel y fundador de las FAR.