M.S.: Hace dos años quedé embarazada, pero los exámenes dieron alteraciones genéticas en el feto y decidí interrumpir el embarazo sin consultar con mi marido o su familia, que no lo hubieran aceptado. Todos se molestaron y mi matrimonio acabó. Ahora tengo una pareja nueva que sabe todo, pero siento que aquella situación me afectó mucho porque no logro disfrutar el sexo con él. Ya llevamos varios meses y no veo que mi angustia cese o el placer regrese, así que estoy al resignarme y quedarme sola. Tengo 32 años.
Resignarse al malestar no tiene que ser una opción. Hay consultas de Sicología y Sexología donde pudieran ayudarte, y servicios de consejería telefónica que pueden acompañarte en esas dudas.
Tal vez su disfunción esté más relacionada al abandono de su anterior pareja que al embarazo interrumpido por razones médicas. Es difícil saber sin un diálogo que pueda estar pesando más en su respuesta sexual de hoy. Necesita conversar con alguien que le ayude a vislumbrar qué le sucede cuando decide tener sexo con ese hombre que acepta su pasado y qué hacer para recuperar el disfrute, según la repercusión subjetiva que haya dejado aquella experiencia.
La vida tiene momentos malos y buenos. Puedes recordarlos y reflexionar sobre ellos, pero nada tiene que marcarte para siempre. Más que el hecho, pesa el significado que le diste entonces y eliges darle ahora.
Busca ayuda especializada cuanto antes para analizar la pérdida de tu placer y el valor que tiene para ti la maternidad interrumpida y pospuesta.
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