M.A.: Estoy en mi octavo mes de embarazo de una relación extramatrimonial con un hombre de 51 años. En los últimos 15 días no he sentido nada cuando hacemos el amor. Él continúa normal como antes. Cuando tenía menos tiempo de embarazo, disfrutaba del orgasmo, pero ahora tengo mucho miedo de no sentir más placer. Tengo 30 años.
El embarazo no elimina la capacidad orgásmica, pero el crecimiento del feto en el último trimestre provoca cambios que repercuten en la intimidad de la pareja. Crece más la barriga, la mujer se agota, se sufren calambres en los pies, aumentan las preocupaciones por el parto, se teme dañar al futuro bebé con quien es mayor la conexión subjetiva. Es usual que en este período el deseo y disfrute eróticos disminuyan.
La intimidad requiere que la pareja acepte los cambios y encuentre modos de enfrentarlos. De esto depende que reaparezca el clímax del placer. Callar, interpretar erradamente los hechos, culpar u ofender pueden dificultar la recuperación. Recuerda también que el disfrute orgásmico es resultado de muchos otros placeres cotidianos y eróticos previos.
Tu temor puede ser manifestación de un miedo mayor respecto al futuro de esta relación que hasta ahora ha sido esencialmente vínculo extramatrimonial.
A pesar de que ahondas poco en las circunstancias de aparición de esta dificultad orgásmica, nos atrevemos a sugerirte que no te centres tanto en ella, sino en las transformaciones que viven como pareja. Ese bebé impondrá un cambio en la dinámica entre ustedes. De hecho, ya eres una madre, no solo una joven sensual. Los estilos previos no serán suficientes. Tu compañero tampoco debe continuar como antes. Es hora de innovar hasta que tu cuerpo reanuncie su placer.