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Sergio Ferrer le ganó el bueno a Venezuela en la serie mundial juvenil, desarrollada en Maracaibo. Autor: Tomada de Internet Publicado: 14/01/2025 | 09:03 pm
El reciente fallecimiento —el pasado domingo 5 de enero— de Sergio de la Caridad Ferrer Santacruz, o simplemente «Noche Oscura» Ferrer, víctima de un infarto cerebral, a los 71 años de edad, avivó los recuerdos sobre el primer título conquistado por los cubanos en los campeonatos mundiales juveniles de béisbol, suceso en el que el lanzador cienfueguero tuvo un papel protagónico.
Tras fracasar en sus intentos de ocupar el trono en las versiones anteriores, Cuba reunió un excelente equipo para viajar a Maracaibo, Venezuela, en octubre de 1970, en busca de su primera corona en la sexta edición de estas lides.
Cinco de los 20 peloteros que representaron a la mayor isla del Caribe en ese certamen lograron integrar posteriormente la selección adulta a los más importantes torneos internacionales de su época, como son los casos de los receptores Pedro Medina y Albertico Martínez, el jugador de cuadro Alfonso Urquiola y los serpentineros Bernardo (Navajas) González y Héctor Olivera González, quien le propinó un juego perfecto a Honduras, con pizarra de 18 carreras a cero, el 10 de octubre de 1970, y luego se convirtió en uno de los mejores bateadores designados de la pelota cubana.
La escuadra anfitriona lideró la fase eliminatoria con balance de siete triunfos y un revés, escoltada por Cuba (6 y 2), Colombia (5 y 3), Panamá (2 y 6) y Honduras, que sucumbió en los ocho encuentros que desarrolló.
Los ocupantes de las cuatro primeras plazas avanzaron a la discusión del cetro. En esta fase cuadrangular, después de aventajar a los colombianos (6x1) e istmeños (14x0), los discípulos de Mario «Mayito» Salas y el plantel local llegaron invictos a la disputa del título, el 16 de octubre de 1970.
Sergio «Noche Oscura» Ferrer, que había doblegado seis a cero a Colombia en el segmento clasificatorio, fue el encargado de abrir por la armada criolla frente al monticulista más sobresaliente de la justa hasta ese momento: Alfonso Collazo, convertido en un enigma para los cubanos en el torneo, a quienes superó dos a uno y tres a dos.
Pero en el duelo decisivo se cumplió aquello de que a la tercera va la vencida. Sergio Ferrer, dominante en la colina, solo admitió dos inatrapables salidos de los bates del inicialista Miguel Ruiz y el receptor Hernán Silva, mientras repartía 11 «cafecitos» a los venezolanos, para derrotar a Collazo, cinco a cero, y proporcionarle a nuestro país el primer título en la historia de los campeonatos mundiales juveniles de béisbol.
Casi dos años más tarde, el 16 de enero de 1972, el sureño se estrenó por la puerta ancha en la 11na. Serie Nacional, con triunfo sobre Mineros, ocho anotaciones a cuatro, luciendo el uniforme carmelita de los Azucareros, que en esa temporada se agenciaron su tercer gallardete en los campeonatos cubanos.
«Noche Oscura» Ferrer exhibió saldo de cinco ganados y uno perdido en la mencionada cita y discutió hasta las postrimerías de la serie la condición de Novato del Año con Eusebio Bravo (Mineros), y su compañero de equipo, Pedro Jova, quien finalmente se adjudicó el premio.
Al derecho cienfueguero le auguraban una brillante carrera en el box, pero solo pudo actuar en cuatro series nacionales, en las que compiló siete salidas exitosas y seis descalabros. Una lesión apresuró su temprano retiro de nuestro principal pasatiempo nacional.
