¿Por qué Gregorio Samsa, tan celoso de sus apremiantes deberes laborales, no había ido a trabajar aquella mañana en que sus padres tocaban insistentemente la puerta de su habitación? Pues, según nos narra Kafka, porque no podía: se había convertido en un inmenso cucarachón y yacía con su vientre escamoso bocarriba, mientras sus patas se agitaban involuntariamente.
Una cumbre histórica merecía un discurso histórico. Y Raúl lo hizo. Fue el día en que América Latina le abrió los brazos a Cuba para que entrara con su dignidad, rotunda e intocada, en el concierto de las naciones del área, pero no en el antiguo, desprestigiado y obsoleto del que un día se desprendió bajo los impulsos de su libertad solitaria, sino en el de las repúblicas que hoy hacen presidentes mulatos, indios, mujeres, orgullosos de su origen y de su parentesco con la Isla solidaria.
Hace unos días, la tarde en que iba a escribir sobre Beatriz, la idea se mezcló con otras y empezó a crecer como un árbol, de tal manera, que hice igual a un pintor cuando se aleja de una pared para ver por cuál punta emprenderá su faena.
«JE ne regrette rien» (No lamento nada), solía entonar con su excepcional voz la diva de la canción francesa, Edith Piaff. Y con un timbre menos agraciado, pero igual de convencido, lo dijo el presidente galo, Nicolás Sarkozy, al término de la Cumbre de la Unión Europea el pasado fin de semana.
¿Por qué se felicita Sarko al concluir su labor en la presidencia semestral del bloque comunitario? Pues, como decíamos en ot...
Las malas acciones de ayer hallan su explicación o su justificación, al menos en la esfera de los individuos, alegando que si actué así o «asao» fue porque las circunstancias me obligaron. Y a veces es cierto. ¿Por qué dudar de tan razonable excusa? Pero si recurriéramos sistemáticamente a tal escudo para protegernos del juicio de la posteridad, nos suscribiríamos a una especie de determinismo y la responsabilidad individual se disolvería. Quién responde, preguntaríamos. Nadie, diría el eco.
Ha muerto. Y lo ha hecho en paz, en silencio, en esa indescriptible atmósfera de sosiego que solo proporciona el hogar. Más aún si fue aquel donde residiera hasta el final su esposo y compañero de ideales de toda la vida: el General Lázaro Cárdenas del Río.
Pocas cumbres semestrales de la Unión Europea fueron tan esperadas como la que tuvo lugar a finales de la pasada semana en Bruselas. El necesario tirón económico en momentos de crisis, el desafío del cambio climático y el frenazo dado por el electorado irlandés al Tratado de Lisboa, encargado de reformar el funcionamiento del bloque, fueron los platos fuertes de la discusión. Y del consenso...
El desagravio llega de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), quien a...
Es otra y contundente muestra de la nueva época que vive la región. Aún son notorias las diferencias, pero es mucho más lo que nos une en historia, cultura y esperanzas.
Brasil será estupendo escenario para la concertación. Las voces diversas y únicas de nuestros pueblos se escucharán en un espacio de mez...