Pese a todas las «aguas» dadas al dominó nacional, por muchas de las esquinas de nuestro «juego» económico aparece el problema del dinero y los ingresos, convertido en un inquietante círculo vicioso.
Procrear un hijo es el acontecimiento más trascendental en la vida de un hombre. «Bendito quien escucha muchas voces tiernas llamándolo padre», dijo Lydia M. Child, la célebre feminista norteamericana. Se trata de un episodio que entraña devoción. En efecto, concebir no solo es lanzar al mundo un nuevo ser. Es también entregar una semilla. Parirá frutos o espinas así sea la atención que le prodiguen.
Caracas, Venezuela.— Llegó con la voz bronca, afónica, como siempre. Dijo algo muy breve y se lanzó a cantar ante un público que empezó a mirarlo con extrañeza —acaso por el timbre ronco— sin dejar de mover los pies.
He vivido y sentido los intensos debates que desde la brigada acontecieron como parte del VIII Congreso de la FEU. Los siete años que nos separan del anterior congreso y los numerosos retos de la organización joven más antigua de Cuba auguraban una revitalización como la vivida al calor de las discusiones, en las que la FEU procuró adecuarse a los tiempos y a sus jóvenes.
Al filo de la medianoche el enfermo acudió al servicio de urgencia de un hospital de La Habana. No tuvo otra salida después de soportar por varios días un malestar irresistible.
«Julio Robaina es el protagonista del último de los escándalos de estos personajes de la fauna anticubana de Miami. Bueno, el último por ahora». Así fue como terminé el anterior comentario publicado en estas páginas (Los anticubanos de Miami entre escándalos y corrupción, 4 de junio), en el que comentaba sobre un hecho vergonzoso que ha protagonizado el ex alcalde de la ciudad de Hialeah.
Denise es una grácil muchacha de 18 años de edad a la que le llegó el momento de tomar un importante rumbo en su vida. «¡Quiero ser médico!», siempre ha respondido con naturalidad.
Hay quienes agobiados por las dificultades que creen tener o por las reales, que a veces sobredimensionan involuntariamente o por conveniencia, se encierran en un mundo no mayor que el planeta del Principito, y empeñados en luchar contra los baobabs se olvidan de cuidar sus flores. Los intentos de mostrarles que hay otro(s) mundo(s) «fuera» que pueden ayudar a edificar, o que hay lugar para nosotros en el suyo, se despeñan en los abismos del «no puedo», del «no sé si pueda» o del «cuando se pueda».
Nunca nos hemos visto. No sé cómo serán su rostro, sus manos, su modo de gesticular. De ella solo tengo el color de su voz. Y eso es también lo único que ella podría describir de mí.
Lo que comenzó en Turquía como una protesta ambientalista tiene hoy fines políticos que ponen en aprietos al primer ministro Recep Tayyip Erdogan y a su Gobierno del Partido del Desarrollo y la Justicia (AKP), en medio de un contexto muy explosivo desde 2010 con las revueltas árabes, que en Egipto derrocaron a Hosni Mubarak y en Túnez a Ben Alí.