Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Opinión

Miércoles 31 diciembre 1969 | 07:00:00 pm.

Una prolongada y grave enfermedad provocó la muerte de Jorge Risquet Valdés, pero siempre quedará entre los cubanos el recuerdo del revolucionario que, tras iniciarse en la lucha a los 13 años, entregó lo más limpio de sus ternuras a apoyar la lucha de Cuba y las causas justas de Nuestra América, así como de los pueblos africanos por liberarse de todos los colonialismos.

Miércoles 31 diciembre 1969 | 07:00:00 pm.

Era el último día del mes de septiembre de 1930. El escenario político está altamente cargado y a menudo se torna violento. La Habana amanece respirando una atmósfera de tragedia. Una manifestación, demostrativa del sentir de los jóvenes cubanos, ha sido organizada por el Directorio Estudiantil Universitario (DEU).

Miércoles 31 diciembre 1969 | 07:00:00 pm.

«Usted viene con una alegría… con un espíritu cederista…» me dijo uno de los que en Juventud Rebelde me acompañan día a día. Y yo sonreí incrédula, asombrada, pensando y tratando de atar cabos para entender la sospechosa alusión de mi provocador sobre la relación de mi contentura con los Comités de Defensa de la Revolución (CDR).

Graziella Pogolotti

Miércoles 31 diciembre 1969 | 07:00:00 pm.

Acabas de salir del hospital. Acudes a la farmacia a comprar las medicinas indicadas. Hay aglomeración. Por algún motivo, los dependientes abandonan el mostrador porque no les toca, como tampoco le toca al administrador afrontar la situación. Acudes a una oficina en busca de una orientación para encaminar tu trámite. No encuentras respuesta, porque no les toca. Observas un depredador en tu comunidad. No intervienes porque no te toca y porque estás cansado de tantas gestiones inútiles.

Enrique Milanés León

Miércoles 31 diciembre 1969 | 07:00:00 pm.

La venganza de Troya

Acostumbrada a desconfiar, no bien pasados los primeros días del regreso de Ulises, Penélope se dio cuenta del  peligro: el gran guerrero ya no era del todo su marido. El hombre que por fin amanecía a su lado sobre el manto cuidadosamente tejido, primorosamente deshecho, debió ser burlado por alguna troyana que planeó entrar en las noches a las sábanas más blancas de Ítaca y torcerle las ganas con su vientre de vértigo, su cintura filosa, con sus ojos ...

Miércoles 31 diciembre 1969 | 07:00:00 pm.

Hace unos días tuve la extraña sensación de que las señales del tránsito comenzaban a cambiar o surgían otras para anunciar algo «inesperado». Se trataba ahora de un tronco de madera con telas y nailons colgados, rodeado de escombros y hasta con una improvisada piscina, que avisaban de algo que ya se ha hecho cotidiano en nuestras avenidas: el bache.

Miércoles 31 diciembre 1969 | 07:00:00 pm.

Casi todo es un caos. El mundo va a millón y pareciera no haber autoridad animal capaz de hacerle entrar en cintura. Las siempre bien ponderadas leyes de la naturaleza no tienen jurisdicción en esta comunidad de nuevo tipo. O se han reformulado al punto  de que ya no pueden ser elogiadas por sabias, porque no hay inteligencia posible si el territorio a cargo anda tan desordenado.

Miércoles 31 diciembre 1969 | 07:00:00 pm.

Entre muchos que llenaron de emoción esta mañana, un momento y una frase: la comunión con los hermanos, cuando todos se dieron la mano abiertos al mayor afecto, y la idea de Francisco, al comentar la Palabra de Dios, de que «quien no vive para servir, no sirve para vivir». Ese par de pasajes, por sí solos, valdrían el elogio general que enseguida ha ganado a escala planetaria la Santa Misa oficiada este domingo en la Plaza de la Revolución.

Miércoles 31 diciembre 1969 | 07:00:00 pm.

Llegó a La Habana abrazando niños, trocando afectos, dando gracias. A muchos, a todo un pueblo. Y entre los múltiples mensajes de afecto que pronunció en pleno aeropuerto, al pie del avión que, cual paloma gigantesca, le trajera en aleteo de paz por más de 8 600 kilómetros, un Francisco rozagante pidió a Raúl trasmitir su especial consideración y respeto a Fidel.

Miércoles 31 diciembre 1969 | 07:00:00 pm.

Recojo las credenciales en la Sala Stampa para el viaje con el Papa y cruzo la calle, rumbo a los Museos Vaticanos, en una mañana melancólica. Después de viajar por el dédalo de los pasillos entre una multitud que más bien me arrastra, estoy en la entrada de la Capilla Sixtina.