PARÍS, octubre 5.— Unos 24 millones de maestros primarios y 44 millones en la enseñanza secundaria se necesitan para alcanzar la meta de proporcionar esos niveles de educación para todos antes de 2030, una alerta de la Unesco no solo ante la baja de profesionales en las aulas del mundo, sino también ante la evidencia de ser este uno de los sectores menos remunerados.
A propósito del Día Internacional de los Docentes, que se celebró este jueves, la directora general de la organización mundial, Audrey Azoulay, convocó a tomar medidas para mejorar la escasez global de maestros y maestras, así como su situación, y destacó que el papel que desempeñan en las sociedades «es vital».
«Esta profesión experimenta una importante crisis vocacional. Algunas regiones del mundo carecen de candidatos y en otras se enfrentan a una tasa de abandono muy alta durante los primeros años de trabajo. En ambos casos, la respuesta es la misma: debemos valorar, formar y apoyar mejor a los docentes», afirmó Azoulay en un mensaje publicado en las cuentas oficiales en redes sociales de la Unesco.
Para la funcionaria, las acciones que se asuman deben hacer más atractivo este puesto de trabajo, invertir en la formación inicial del profesorado, en programas para su desarrollo continuo, implementar iniciativas de orientación, y garantizar que los profesores reciban salarios y prestaciones competitivos.
También convocó a agilizar las labores administrativas y la documentación para que los docentes puedan centrarse más en la enseñanza, fomentar un equilibrio saludable entre la vida laboral y personal, así como brindar un acceso más sencillo a servicios de salud mental, asesoramiento en el manejo del estrés y de las dificultades emocionales.
Claro está, dichas medidas deberán ajustarse a las circunstancias y desafíos nacionales, y ello requiere, además, cambiar métodos de captación, preparación y motivación, pues —reconoce la Unesco— «el problema no radica únicamente en la financiación, sino también en la falta de atractivo de la profesión».
Recientemente, el ente multilateral abogó también por una mayor inversión global en la educación para las niñas y las mujeres, en aras de la igualdad de género, según lo reflejó la agencia Prensa Latina.
Audrey Azoulay recordó entonces que la comunidad internacional adoptó en Beijing, en 1995, la Declaración y la Plataforma de Acción de las Naciones Unidas en favor de los derechos de la mujer y «desde entonces se han logrado avances significativos en el ámbito de la educación. Actualmente el 90 por ciento de las niñas de todo el mundo terminan la escuela primaria y más del 40 por ciento de las mujeres tienen acceso a la enseñanza superior.
Sin embargo, recalcó: «Debemos seguir avanzando en esta dirección, ya que todavía no hemos logrado la igualdad de género en la educación».
Este año se hizo entrega del galardón al programa Escuelas Estrella (Pakistán) y al proyecto Brotes de Primavera (China), un reconocimiento auspiciado, precisamente, por el Gobierno chino para reconocer la innovación y la contribución de personas, instituciones y organizaciones al fomento de la educación de las mujeres.
A propósito de estas alertas, la Unesco ha confirmado que la región que más ha progresado es Asia Meridional, donde la escasez de profesores se ha reducido a la mitad desde 2016, en tanto le preocupa África Subsahariana; allí los avances son pocos, con un tercio del actual déficit global.
En tanto, dos tercios de las personas adultas analfabetas del mundo son mujeres.