Macron destituirá al prefecto de la policía de París, Michel Delpuech, responsable de las fuerzas del orden en la región de la capital Autor: Reuters Publicado: 06/12/2018 | 10:59 pm
PARÍS, marzo 18.— El presidente francés, Emmanuel Macron, decidió reforzar la estrategia represiva para enfrentar las manifestaciones sabatinas de los chalecos amarillos y anuncio este lunes que prohibirá las protestas en las zonas donde se han producido altercados, incluido los Campos Eliseos, la gran avenida comercial y turística de la capital, donde habitualmente se producen las marchas de protesta contra su política económica, además de la plaza Pey-Berland de la ciudad de Burdeos y la plaza del Capitolio en Toulouse.
Según el diario El País, Macron, además, destituirá al prefecto de la policía de París, Michel Delpuech, responsable de las fuerzas del orden en la región de la capital, porque las escenas de caos y destrucción del último sábado ponen en riesgo su estrategia para superar la crisis con el llamado gran debate nacional.
«A partir del próximo sábado, y cada vez que sea necesario, prohibiremos las manifestaciones que se reclamen de los chalecos amarillos en los barrios más afectados, desde el momento en que tengamos conocimiento de la presencia de elementos ultras y de su voluntad de causar destrozos», dijo el primer ministro, Édouard Philippe, luego de una reunión con Macron.
Al ser destituido y remplazado por actual prefecto de Nueva-Aquitania, Didier Lallement, el prefecto Delpuech se convierte en la primera víctima de la alta administración francesa desde que en noviembre estalló la revuelta de los chalecos amarillos. La protesta, inicialmente en contra de la subida del precio del carburante, enseguida sumó otras causas, desde la mejora del poder adquisitivo y la rebaja de impuestos a la dimisión de Macron y un cambio de sistema, agregó el diario.
La apertura, a mediados de enero y a iniciativa del presidente, del gran debate nacional con miles de reuniones por todo el país supuestamente debía calmar los ánimos, el 16 de marzo, un día después del final del gran debate, unos 10 000 chalecos amarillos, unidos a encapuchados vestidos de negro, se congregaron de nuevo en París, en el sábado número 18 de las movilizaciones, y en esta ocasión fueron incendiados quioscos, un edificio sede de un banco y se saquearon comercios, lo que se le adjudica a los llamados black block, y no a los chalecos amarillos.
«Son actos criminales, la respuesta del Gobierno debe ser fuerte», dijo el primer ministro Philipe, quien reivindicó la estrategia policial adoptada tras los enfrentamientos del 1 de diciembre.
Las fuerzas del orden dispondrán de mayor autonomía sobre el terreno con capacidad para dispersar y detener, desde los primeros disturbios, a los responsables. También se fomentará el recurso de los drones, además del despliegue de oficiales de la policía judicial para agilizar las detenciones. La nueva ley antidisturbios, pendiente de la aprobación del Consejo Constitucional, permitirá impedir a los violentos llegar a las manifestaciones, registrar de antemano a los asistentes y detener y sancionar a los enmascarados.