Nicolás Maduro anunció la eliminación de cinco ceros de la moneda local. Autor: Google Publicado: 27/07/2018 | 10:34 am
El pasado miércoles, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, anunció la eliminación de cinco ceros de la moneda local, reportó RT.
La reconversión, que ya había sido postergada en junio, pretendía suprimir solo tres ceros, pero la galopante hiperinflación que azota la economía venezolana obligó al Ejecutivo a tomar acciones más drásticas: «Estamos en una encrucijada revolucionaria. Venezuela pide a gritos una revolución económica y productiva. Y esa, quizá, sea la tarea más difícil, más compleja, de mayor exigencia», advirtió Maduro.
A partir del 20 de agosto, los billetes en Venezuela serán de otra denominación. Aunque la medida se esperaba para el día 4 del mismo mes, el Gobierno ha corrido la fecha con un cambio medular: en adelante, el bolívar estará «anclado» al petro, la criptomoneda nacional cuyo precio se respalda en petróleo. ¿Qué retos enfrentará esa decisión?
El problema no son los ceros
Hace dos meses, cuando Maduro informó que suprimiría tres ceros de la moneda, los economistas del país alegaron que eso sería insuficiente para hacer frente a la hiperinflación porque, una vez que entraran en circulación, los billetes estarían devaluados.
La vertiginosa aceleración de los precios les ha dado la razón. Durante su alocución, el mandatario venezolano reconoció que la escalada inflacionaria había sido «inducida y criminal», por lo que se requería mayor contundencia en la reconversión.
A pesar de ello, el economista Óscar Forero considera que, independientemente de la eliminación de ceros, se requiere que el Estado ataque las causas que generan la hiperinflación para evitar que, en menos de un año, deban imprimirse nuevos billetes por la devaluación de los actuales.
«Mientras no se ataquen las causas, en pocos meses nos va a corresponder hacer una nueva reconversión. Antes de poner en circulación un nuevo cono monetario, había que imponer correctivos para evitar las distorsiones que siguen existiendo y eso no se ha hecho», comenta el economista.
Lapsos
Uno de los puntos más controversiales tiene que ver con los tiempos para la reconversión. El cono monetario puesto en circulación en 2016, cuyos billetes dejarán de tener validez en los próximos días, fue anunciado con apenas 30 días de antelación y entró en vigencia cuando el total de las piezas monetarias no había llegado al país.
El hecho generó graves dificultades para el acceso a los billetes en efectivo, problemas para efectuar pagos de bienes y fallas importantes en las plataformas bancarias, mientras se realizaba el proceso de adecuación. Esta vez, aunque la reconversión fue anunciada hace más de dos meses, la información del ajuste de cinco ceros se conoció apenas el miércoles, lo que implica que los venezolanos tendrán menos de un mes para ajustarse al nuevo cono.
Además, la gran diferencia entre el monto de los nuevos billetes y el de los viejos hará imposible su convivencia, lo que dista de la reconversión de 2008, cuando las especies monetarias circularon juntas durante casi un año.
Una vez dadas a conocer las medidas, muchos comerciantes comenzaron a remarcar con más saña sus productos, con el objetivo de aprovechar lo más posible el redondeo hacia arriba cuando entre en circulación el nuevo cono.
Inevitables ajustes
Entre las variables que han entrado en debate están los inevitables ajustes que acarreará la reconversión porque, con la eliminación de cinco ceros, no habrá monedas para pagar algunos montos. Entre los casos más evidentes es el de la gasolina.
En Venezuela, que tiene el combustible más barato del mundo, se puede llenar un tanque con 1.000 bolívares actuales, que equivaldrá a 0,01 bolívares después de la reconversión. Teniendo en cuenta que la moneda de más baja denominación es de 0,50 bolívares, se entiende que la gasolina sufrirá un importante incremento.
Forero destaca que los aumentos también se verán en otros bienes y servicios, lo que empujará aún más los precios: «Tal vez por eso el Fondo Monetario Internacional (FMI) cambió su proyección de la inflación, que pasó de 13.000% al cierre de este año, a 1.000.000%», dijo.
En opinión del economista, esa situación obligará al Gobierno a hacer aumentos salariales mensuales o quincenales para poder paliar la escalada. En la actualidad, el salario mínimo mensual de un trabajador es de 5.196.000 bolívares, es decir, 51 bolívares del nuevo cono; si se tiene en cuenta que el billete de más alta denominación será de 500.000 bolívares, el abismo con respecto al ingreso básico es muy amplio. No obstante, Forero cree que con el galope de la inflación que se avecina, la depreciación de la moneda cerrará cada vez más la brecha.
¿Ahorrar en bolívares?
Las tesis más optimistas consideran que los pasos dados por Maduro apuntan hacia un «punto de inflexión» en la economía, que permitirá un proceso de «reevaluación del bolívar». El profesor universitario Emilio Hernández estima que el «anclaje» al Petro le otorgará mayor solidez a la moneda nacional e impedirá que los precios suban porque «no habrá más presión» inflacionaria.
En un artículo de su autoría, el analista incluso recomienda a los venezolanos guardar sus bolívares ante la posibilidad de que los precios puedan bajar «y lleguen a su pronto equilibrio», una vez que entre en vigencia su «anclaje» al Petro. Para Forero, ese panorama es poco probable porque el criptoactivo aún no es reconocido en las «Exchange» (casas de cambio) como moneda virtual.
Según el economista hay factores externos que han impedido el despegue del Petro, como las severas sanciones impuestas por EE.UU. a Venezuela, y elementos internos que tienen que ver con «errores» en su implementación. A su juicio, el arranque del criptoactivo podría empujarse con un mecanismo que permita su circulación interna como método de pago: «porque, parafraseando a Marx, si una moneda no circula, desaparece».
La galopante hiperinflación, la escasez de billetes y las dificultades financieras plantean un escenario difícil para frenar la devaluación.