BEIJING, enero 27.— La República Popular China podría impulsar castigos si las compañías estadounidenses venden armamento a Taiwán y de prosperar las normativas estas perderían el acceso al mercado del gigante asiático.
Al igual que la prohibición aplicada por la Casa Blanca para negociar con Irán, por lo que entre 2010 y 2015 se debía elegir entre Teherán o el comercio con Washington, ahora China analiza la posibilidad de tomar el mismo tipo de acciones.
De esta manera, comenzaría una nueva etapa en la que China y otros países, como Rusia, pondrían a Estados Unidos y a sus aliados en una situación defensiva y ante la necesidad de proteger a sus compañías, según publicó Russia Today.
En el caso de Beijing, que históricamente rechazó las sanciones unilaterales y solo consideró como legítimas las impuestas por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, ahora podría revertir esa postura. China analiza la posibilidad de forzar a las empresas estadounidenses a elegir entre la venta de armamento a Taiwán o acceder a los mercados chinos, una economía casi 20 veces más grande.
Este cambio radica en que el Gobierno entiende que su crecimiento económico y su influencia financiera hacen más potente su posición, en especial porque las firmas líderes de varios rubros norteamericanos realizan al menos 10 por ciento de sus operaciones en China.
Por lo tanto, Washington deberá comenzar a planificar estrategias de defensa y de apoyo a sus compañías, en lo que parece marcar el futuro de su política exterior.
La situación política en el mundo atraviesa cambios drásticos, en gran parte incentivados por la cooperación cada vez más estrecha entre Rusia, Irán y China, comentó por su parte la periodista Carol Gould, especialista en investigaciones independientes.
En opinión de Gould y otros expertos, el acercamiento de estos países puede significar el origen del nuevo orden mundial en el contexto de la posible crisis de Occidente.