Alemania e Italia se desmarcaron de la intervención militar contra Libia, que lideran Francia y Reino Unido en una coalición junto a Estados Unidos, durante la reunión de cancilleres de la Unión Europea (UE) celebrada este lunes, informa PL.
El ministro alemán de Exteriores, Guido Westervelle, aseguró este lunes que las críticas expresadas por la Liga Árabe confirman los temores que manifestó su Gobierno sobre una agresión bélica contra la nación norafricana.
La Liga Árabe, a través de su secretario general, Amr Mousa, aseveró que los ataques contra Libia son «diferentes del objetivo de imponer una zona de exclusión aérea».
Westerwelle reiteró el escepticismo de Alemania de participar en una operación militar por los riesgos potenciales para la población civil sobre el terreno y consideró las críticas de la Liga Árabe como "mensaje importante".
Los ministros de Exteriores luxemburgués y finlandés, Jean Asselborn y Alexander Stubb, defendieron, por su parte, la unidad de la UE contra el Gobierno de Muammar El Gaddafi y rechazaron divisiones entre los europeos.
La alta representante de la UE, Catherine Ashton, restó importancia a la polémica y aseguró que las palabras del responsable de la Liga Árabe se interpretaron equivocadamente.
El titular británico de Asuntos Europeos, David Lidington, defendió la legalidad de la misión insistiendo en que está respaldada por una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU.
Sin embargo, el canciller de Italia, Franco Frattini, indicó que su país quiere comprobar si las acciones desarrolladas hasta el momento por la coalición son conformes con la aplicación de la resolución 1973 de las Naciones Unidas.
Frattini advirtió del peligro para la región que significaría una guerra en Libia y el posible éxodo migratorio hacia las costas europeas.
El Ejecutivo italiano, cuyo país cedió las bases militares para la operación de la OTAN llamada Odisea del Amanecer, consideró la necesidad de pasar de una "coalición de voluntarios" hacia una coordinación de la Organización del Tratado del Atlántico Norte.
Frente a esa postura, la ministra de Asuntos Exteriores española, Trinidad Jiménez, defendió la permanencia de esta coalición, dado que la integran países árabes que no pertenecen a la OTAN.
Irlanda también se mostró contraria a participar en la injerencia contra la nación árabe y la presidenta Mary McAleese reiteró la neutralidad militar de su país.