Cuatro años después del asesinato del ex primer ministro libanés Rafik Hariri mediante el estallido de un coche bomba, su hijo Saad fue nombrado este sábado jefe de gobierno. Considerado entre las personas más ricas del mundo, el nuevo gobernante, de 39 años y musulmán sunnita, prometió trabajar por la unidad de las diversas facciones y por los intereses del país. Su alianza de fuerzas políticas venció el 7 de junio a la oposición, representada por el partido chiita Hizbolá, que expulsó a Israel del sur del Líbano en 2000 y encabezó la resistencia nacional contra la agresión sionista en 2006.