Violencia durante protestas antigubernamentales. Foto: Reuters
BANGKOK, abril 11.— Tailandia se vio obligada a cancelar este sábado la cumbre de la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (ASEAN) iniciada el viernes, ante los crecientes disturbios y la ola de protestas contra el gobierno, que determinaron también la declaración del estado de emergencia en ese país asiático.En una alocución trasmitida por la televisión nacional pasada la medianoche del sábado, el primer ministro Abhisit Vejjajiva anunció la suspensión del encuentro debido a las protestas contra el gobierno, reportó PL.
Pocas horas antes Abhisit había declarado el estado de emergencia en la provincia de Chon Buri, donde radica la localidad balneario de Pattaya, sede de la cita, para garantizar, dijo, la seguridad de los líderes asistentes y de la sede de la reunión.
El cónclave de tres días iniciado este viernes en Pattaya, a unos 160 kilómetros de Bangkok, reunía a las diez naciones de la Asociación del Sureste Asiático (Indonesia, Malasia, Filipinas, Singapur, Tailandia, Brunei, Vietnam, Laos, Birmania y Cambodia), además de China, Japón, Corea del Sur, India, Australia y Nueva Zelanda, para discutir sobre asuntos comerciales, económicos y de seguridad regional, principalmente.
Durante esta 14 edición del evento se firmarían tratados de libre comercio con China y la India, los dos mayores mercados del mundo.
Los manifestantes del Frente Unido por la Democracia contra la Dictadura (FUDD), entregaron una carta a la ASEAN, para explicar por qué consideran ilegítimo al ejecutivo de Abhisit, llegado al poder en diciembre.
La coalición gobernante, liderada por el Partido Democrático del primer ministro, es la tercera administración en menos de un año; protestas similares de sectores conservadores derrumbaron dos gabinetes surgidos de las últimas elecciones.
El portavoz del Ministerio de Exteriores, Tharit Charungvat, aseguró que el objetivo de los manifestantes no era atacar a los delegados a la cumbre, sino «humillar» al Gobierno. La cancelación de la cumbre demuestra la fuerte división que existe en Tailandia desde el golpe de estado que apartó del poder a Shinawatra, hoy en el exilio y condenado en rebeldía a dos años de prisión por un delito de corrupción.