EL 11 de septiembre, dos palestinos murieron en la Franja de Gaza y en Cisjordania. Aunque tal vez «murieron» no es el término más exacto. En Palestina, frecuentemente las personas no mueren en una cama. Más adecuado es decir que un adolescente fue asesinado en el barrio gazano de Shauka, bajo la artillería pesada israelí, y que un hombre de 55 años fue ultimado por una unidad especial sionista en Jenín.
Hay que decir que no siempre el optimismo es mejor que el pesimismo, ni más constructivo, ni más eficaz. Si un ser humano está desarmado en medio de la selva con un león delante, es preferible ser escéptico frente al porvenir inmediato, que irrazonablemente optimista: es más probable que el león se coma al panglossiano que cree en la bondad innata de los leones africanos, que al pesimista que desde el primer instante buscará la forma de escapar.
Los diputados laboristas hacían demasiado escándalo. Los conservadores de oposición pescaban simpatías en río revuelto. Los liberal-democrátas se nutrían con disidentes de las filas gubernamentales. Y el primer ministro británico Tony Blair, finalmente, ¡parece que escuchó!
El primero de los torneos beisboleros de clasificación olímpica, concluido hace menos de siete días en La Habana, no dio pábulo a la inconformidad. Estados Unidos y Cuba fueron los poseedores de las primeras plazas.
EN uno de los costados de la entrada a la escuelita de La Higuera, donde fue asesinado el Che el 9 de octubre de 1967, alguien escribió: «Por esta puerta salió un hombre a la eternidad».
TODO se sabía hace tiempo, aunque algunos ahora se den por sorprendidos. La noticia fue anticipada semanas atrás por El Duende de Miami, quien alertaba sobre la posibilidad de que se desatara un escándalo en los medios de comunicación locales por la aparición de una lista de periodistas de Miami al servicio del gobierno. La sacrosanta objetividad y la cacareada independencia de que se ufanaba la prensa y algunos «periodistas» miameros podría quedar al desnudo con las revelaciones.
PARA Gabriel García Márquez el Movimiento de los No Alineados es la representación moderna de la Torre de Babel. Esa descripción la hizo en 1983, cuando en Nueva Delhi se reunieron unos 60 mandatarios en la VII Conferencia Cumbre. Entonces le sobraban al mundo conflictos y problemas, y algunos de ellos involucraban a países miembros, pero añadía el afamado escritor: «Lo asombroso es que las cosas marchen».
LOS vocablos «cohesión», «firmeza» y «solidaridad» se escucharán más de una vez, desde el lunes, en el Palacio de Convenciones de La Habana, sede de un encuentro que debe seguir madurando el proceso de revitalización en que se halla enfrascado el Movimiento de Países No Alineados.
Es una historia lamentable, pero que ya, por repetida, nos suena familiar. Cada vez que se arrima la Copa, comenzamos a hablar de aprovechar su tránsito para que el fútbol se perpetue en nuestras calles. Sin embargo, no bien finaliza el torneo, se apaga el entusiasmo. ¿Será que, a contrapelo del planeta, Cuba es el único país donde el fútbol no «engancha» a la gente?
Pobreza y marginalidad andan juntas. Y el mal viene de atrás en un país básicamente agrícola y sin ninguna industrialización, cuya ya débil economía fue reiteradamente golpeada por la guerra. Pero lo cierto es que las decisiones recientes han hecho poco en su favor.