Tras dos semanas de deliberación, los doce jurados, siete hombres y cinco mujeres, en una situación sin precedentes, porque es el primer proceso penal contra un expresidente de Estados Unidos, Donald Trump fue declarado culpable este jueves, 30 de mayo, de los 34 cargos por delitos de falsificación de registros comerciales para proteger su carrera presidencial en 2016.
La sentencia del juez del Tribunal Supremo del Estado de Nueva York, Juan Merchán, se dictará el 11 de julio, tres días antes del inicio de la Convención Nacional Republicana, que se espera que nomine formalmente a Trump como candidato de ese partido a las elecciones presidenciales.
El caso radica en el pago de unos 130 000 dólares realizado por el exabogado de Trump, Michael Cohen, a Stephanie Clifford, actriz porno conocida en la industria como Stormy Daniels, con el objetivo de convencerla de guardar silencio sobre un encuentro sexual que supuestamente sostuvo con el magnate estadounidense en 2006.
El pago, que después le fue rembolsado a Cohen por Trump, según el testimonio del exabogado presidencial, fue realizado durante la campaña presidencial del empresario neoyorquino en 2016, en pro de evitar un escándalo que pudiera mermar sus opciones en esa contienda presidencial, que finalmente lo llevó a la Casa Blanca.
El centro de las acusaciones de la Fiscalía recayó en la presunta falsificación de documentos comerciales por parte de Trump para esconder el soborno a Daniels, una condición que eleva la infracción perpetrada, de un delito menor, a una contribución ilegal de campaña y subversión de la ley electoral, según el equipo de investigación de la oficina del fiscal de distrito de Manhattan.
Aunque las imágenes al salir del Tribunal de Manhattan son de un Trump abatido y molesto, el exmandatario se mostró retador en sus declaraciones a la prensa: «Ha sido un juicio amañado y vergonzoso. El verdadero veredicto será el 5 de noviembre, por el pueblo. Y ellos saben lo que pasó aquí, y todo el mundo sabe lo que pasó aquí», afirmó, refiriéndose a las elecciones presidenciales en las que aspira a entrar de nuevo a la Casa Blanca. «Soy un hombre muy inocente, y está bien. Estoy luchando por nuestro país. Estoy luchando por nuestra Constitución. Esto está lejos de acabar», subrayó.
También acusó al fiscal de Manhattan, Alvin Bragg, de «estar respaldado por (el empresario George) Soros»; al juez Juan Merchán de «estar en conflicto» y no cambiarlo de tribunal como pidió, y aseguró que todo fue obra «de la Administración Biden» para perjudicar a «un oponente político».