¿Fue por nostalgia? No están claros los propósitos que llevaron al dueño de un restaurante en la ciudad manzana a tener en su casa nada menos que 45 colmenas, que según los expertos de la Asociación de Apicultores de Nueva York albergaban a tres millones de abejas. El hombre, citado por el Departamento de Salud Mental e Higiene de la metrópoli, dijo que antes de ir a Estados Unidos criaba en su China natal a los afanosos insectos que ahora le fueron removidos; y de seguro tendrá que pagar una multa de dos mil dólares por cada colmena. Pero yo me pregunto, ¿quién contó los tres millones de abejitas?