PARÍS, octubre 25.—Siete de las 12 refinerías de Francia continúan paralizadas y varios depósitos de combustibles bloqueados, pruebas inequívocas de que el ambiente de protestas y manifestaciones en el país permanece intacto, según PL.
Si bien el punto principal de discordia, el proyecto de ley de retiro que eleva la edad de jubilaciones de 60 a 62 años y el cobro de pensión completa de 65 a 67, parece en la recta final de las aprobaciones, la población gala sigue en pie de combate.
La legislación fue aprobada en primera lectura en el Senado y desde hoy la Comisión Mixta de las dos Cámaras (siete senadores y siete diputados de la Asamblea Nacional) buscará un texto unificado para volver a someterlo a votación.
Es un proceso casi expedito en el cual tiene un peso enorme las mayoría de parlamentarios de la gobernante UMP del presidente de la República, Nicolás Sarkozy, principal impulsor de la reforma a la ley de retiro. Sólo que la popularidad de Sarkozy está en el piso y por primera vez desde que asumió el Palacio del Elíseo a mediados de 2007, el por ciento de aceptación de su labor cayó por debajo del 30 por ciento.
Tiene que ver, según analistas consultados por Prensa Latina, no únicamente con la tozudez de llevar adelante una legislación tan mal vista por la población, sino además en su apoyo irrestricto a las clases poderosas.
El espaldarazo renovado del mandatario a su ministro del Trabajo, Eric Woerth, es interpretado como muestra de alineación absoluta al capital. El titular tenía a su esposa trabajando con el emporio de cosméticos L´Oreal.
Aunque no hay evidencias definitivas de si Woerth, entonces ministro de Presupuesto, recibió dineros para la financiación de la campaña de Sarkozy, lo que resulta innegable es el conflicto de intereses al colocar a su esposa con una sociedad privada.
Mañana está prevista una manifestación de los estudiantes, hecho interesante para apreciar hasta donde llegarán los jóvenes en su respaldo a los gremios en medio de un periodo vacacional de 10 días.
El jueves es la otra gran movilización y el líder de la poderosa Confederación General de Trabajadores (CGT), Bernard Thibault, anticipó acciones masivas y multitudinarias en todo el territorio nacional.
Nadie puede predecir qué va a ocurrir en el futuro. Lo único que podemos decir es que el nivel de descontento no va a parar como si estuviésemos en el colegio, y con un silbato se dijese a los alumnos que molestan: se acabó, seguimos con la clase, declaró.
La movilización va a continuar mientras siga el descontento. Los parlamentarios no decretan el fin del debate sobre las pensiones, advirtió.